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Reportaje:MARCELO EBRARD CASAUBÓN | LÍDERES

La ilusión de la izquierda en México

Hace unos meses, Marcelo Ebrard Casaubón (en la imagen, junto a su esposa), de 52 años, jefe de Gobierno del Distrito Federal y todavía entonces candidato a representar a la izquierda en las próximas elecciones a la presidencia de México, escuchó con una sonrisa a dos periodistas españoles que le preguntaron, por este orden, cómo iba a imponerse al otro candidato, el muy radical Andrés Manuel López Obrador, y cuál sería su programa de Gobierno.

Sobre un folio en blanco, Marcelo Ebrard fue trazando de buena gana su plan sobre México, un país tan rico como desigual, jamás gobernado por la izquierda. El proyecto de Ebrard sonaba creíble por cuanto estaba apoyado en un éxito, el de su gestión en el DF. La segunda ciudad más grande del mundo se ha convertido en un oasis en medio de un país en guerra.

Los 50.000 muertos provocados por la lucha de los carteles entre sí y contra el Ejército, las balaceras continuas, el 95% de impunidad y los 53 millones de pobres tienen en la ciudad de México un contrapunto de esperanza. El jefe de Gobierno del DF se sentía orgulloso de su particular guerra contra el miedo, los prejuicios o la Iglesia y de haber convertido la calle en un lugar de encuentro donde las diferentes opciones de vida conviven en paz. Ebrard representa a una izquierda sin descafeinar que, no obstante, mantiene excelentes relaciones con el poder económico y empresarial. Una vez llenado el folio sobre el futuro de México, los periodistas le hicieron caer en la cuenta de que no había contestado a la primera pregunta. Marcelo Ebrard respondió socarrón: "Ah, es que esa es más difícil". Cuánta razón tenía. López Obrador, que perdió en 2006 frente a Felipe Calderón por un estrecho margen de votos y nunca reconoció la derrota, se ha terminado imponiendo y volverá a optar a la presidencia. Ebrard ha decidido apartarse del camino. Tal vez en 2018 sea su oportunidad. O tal vez nunca. La izquierda en México parece más dispuesta a soñar con la utopía que a trabajar junta por la realidad.

Pablo Ordaz es corresponsal de EL PAÍS en Roma y anteriormente lo fue en México.

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