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Mas augura un 2012 "duro" y lo fía todo al concierto económico

El presidente dice en su discurso de fin de año que los recortes "tienen sentido" y pide "respeto" al Gobierno del PP

Miquel Noguer

El año 2012 será otro de sangre sudor y lágrimas para los catalanes. Y no hay un horizonte claro para la recuperación. Así se desprende de las palabras que Artur Mas dirigió anoche a los ciudadanos en su tradicional discurso de fin de año, en el que vaticinó otro "año duro", no se atrevió a prever el fin de la crisis y recurrió al pacto fiscal como único elemento para generar ilusión a corto plazo.

Mas intentó como pudo levantar los decaídos ánimos de una comunidad que ha visto subir el número de parados en 72.000 personas y mantiene trabajando a todo gas la máquina de destrucción de empleo. A falta de datos positivos a los que agarrarse, el presidente optó por insuflar ánimos a base de asegurar que siempre hay luz al final del túnel. "La niebla se hará más fina, se abrirán claros y veremos el perfil en el horizonte", dijo sin fijar ningún escenario temporal concreto. "Las renuncias de hoy son la semilla de los frutos de mañana", dijo refiriéndose a los sacrificios de los ciudadanos.

El Gobierno catalán apunta que habrá nuevos ajustes el año que viene

El presidente intentó sacar la parte positiva de la actual situación económica. Aseguró que años de crisis no es sinónimo de "años perdidos" y llamó a sacar lecciones del bache actual. "Nuestro país está a prueba desde muchos puntos de vista. Estoy convencido de que la superaremos por muy grandes que sean las dificultades".

La justificación de los recortes sociales que ha llevado a cabo el Gobierno copó buena parte del discurso. Mas aseguró que estas medidas impopulares "tienen un gran sentido"."La política de austeridad, de rigor, de seriedad, de hacer los deberes, de saber que las deudas tienen un límite tiene un sentido". El motivo de todo esto es "reencontrarse con los valores, principios y actitudes que han convertido un país geográfica y demográficamente pequeño como Cataluña en un gran país", dijo.

Por todo esto y porque no hay indicios de mejora en la economía el presidente dejó claro que su Gobierno seguirá "el camino trazado". "No podemos hacernos trampas jugando al solitario dibujando un año de color rosa que a estas alturas no se divisa". O sea, todo apunta a nuevos recortes.

Pero el Gobierno catalán y su presidente saben que la paciencia de los ciudadanos tiene un límite. Sobre todo porque a los recortes anunciados durante el último año por la Generalitat se sumarán a los que el Gobierno del PP puso ayer en marcha y a varias subidas de tasas e impuestos. Por eso Mas hizo reiteradas referencias a los colectivos que sufren la crisis desde primera línea de fuego. También optó por admitir errores. Eso sí, no especificó a cuáles se refería. "Sé que en el camino que estamos siguiendo se cometen errores. El Gobierno tampoco está libre de ellos (...) lo peor del error no es cometerlo sino negarse a reconocerlo por exceso de orgullo o soberbia, y no tener propuesta de enmienda", dijo.

En lo que sí puso un objetivo temporal es en lo relativo a su demanda de una nueva financiación para Cataluña en la línea del concierto vasco. "Deseo y confío en que en 2012 el Parlament de Cataluña formule la propuesta del pacto fiscal", dijo sin referencia alguna a la consulta popular que quiere promover la Generalitat como medida de presión al Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Las peticiones del presidente de la Generalitat para salir del bache se centraron en el Ejecutivo del PP. "El nuevo Gobierno es responsable de una serie de decisiones que nos afectan como catalanes. Le pedimos coraje, le deseamos aciertos y le reclamamos respeto hacia Cataluña y auténtico sentido de Estado". Es en este punto en el que añadió las referencias al pacto fiscal. Además de confiar en que la propuesta catalana se perfile este año en el Parlamento, ha pedido "máximo consenso" con todos los partidos. También aseguró: "Si la propuesta de pacto fiscal es escuchada y atendida, los puentes entre Cataluña y el Estado se reforzarán. En caso contrario se debilitarán aún más".

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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