Economía plantea la mayor subida de la presión fiscal en 15 años
PSE y PP votan unidos, pero vuelven a exhibir sus discrepancias tributarias
La mayor caída de la recaudación de toda la historia de la autonomía fiscal de Euskadi solo se puede levantar con el mayor aumento de la presión tributaria de los últimos 15 años. El consejero de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, consideró ayer urgente una modificación del sistema impositivo que suponga aumentar la presión fiscal en 3,5 puntos para recuperar en parte los cuatro puntos del PIB perdidos por la caída de la recaudación entre 2007 y 2009, lo que supone cerca de 3.000 millones de euros.
Aguirre aprovechó el pleno que debatió y rechazó las cuatro enmiendas a la totalidad a los presupuestos para 2012 para lanzar un planteamiento imposible de materializar sin un acuerdo con las Diputaciones, las competentes en materia fiscal. Se trataría del mayor aumento de la presión tributaria desde que los Gobiernos de José Antonio Ardanza y José María Aznar sellaron en 1996 el acuerdo que abrió la puerta al actual nivel de autonomía fiscal vasca en materia de impuestos directos.
El consejero planteó en primer lugar, como ya hizo el lehendakari, Patxi López, en el debate de política general de septiembre, recuperar parte de los ingresos perdidos a través de la lucha contra el fraude, que supone cada año unos 2.500 millones. Después, habría que subir la tributación del Impuesto de Sociedades y la de las rentas más altas del IRPF hasta recuperar el nivel perdido.
Tras recordar que la presión fiscal en Euskadi se sitúa en el entorno del 32% del PIB, frente al 39% de media en la eurozona, Aguirre destacó en su intervención que recuperar esos 3,5 puntos supondría adelantarse al proceso de convergencia fiscal en marcha en la UE. "Tenemos que reaccionar antes de que nos veamos forzados a ello", dijo poco antes de que el gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, precisase que el plan de ajuste aprobado por el nuevo Gobierno tecnócrata de Mario Monti eleva la presión fiscal al 45% del PIB.
Este debate no gusta al PP, el socio preferente del Ejecutivo, y ayer volvió a quedar de manifiesto. Socialistas y populares unieron sus fuerzas para rechazar las cuatro enmiendas a la totalidad presentadas por Aralar, EA, EB y UPyD, que apenas si modificaban el gasto entre un 0,8% y un 2,4%, tras sellar por tercer año consecutivo su alianza presupuestaria. Las cuentas, que quedarán aprobadas el próximo día 23, suman un total de 10.449 millones de euros, el 1% menos que las del actual ejercicio.
A partir de ahí, todo son discrepancias entre ambos en materia fiscal. El portavoz del Grupo Popular, Leopoldo Barreda, quien ayer se despidió del Parlamento tras 21 años en el escaño para marchar al Congreso, justificó el voto negativo a las enmiendas a la totalidad precisamente porque las formaciones que las proponían defienden "aumentar el ingreso por la vía de la presión fiscal". "Nosotros no somos partidarios de esa vía", recalcó.
Las diputaciones de Bizkaia, del PNV, y Álava, en manos del PP, han pactado una pequeña reforma fiscal para desactivar la que socialistas y Bildu han cerrado en Gipuzkoa, que va más allá en la triobutación de las rentas altas. Es lo que la socialista Joana Madrigal criticó en el debate como la alianza fiscal que han sellado la "derecha nacional y la derecha nacionalista". Aunque las tres Diputaciones restauran el Impuesto de Patrimonio, solo Bildu en Gipuzkoa, con el apoyo del PSE, va a gravar más la tributación de las rentas altas con dos nuevos tramos y mayores retenciones a las opciones sobre acciones.
Los 30 parlamentarios del PNV se abstuvieron en la votación de las enmiendas, aunque la suma de 38 votos de socialistas y populares resultaba suficiente para salvar las cuentas. El peneuvista Javier Carro explicó que "estos no son los presupuestos" de su partido y para eso han presentado 339 enmiendas que modifican el gasto en 186,3 millones de euros. Su principal propuesta es un fondo para empresas de 250 millones de euros.
Los enmendantes
- Mikel Arana (EB). Pidió la devolución de las cuentas porque PSE y PP priorizan la reducción del déficit público y dejan en un segundo plano las medidas necesarias para reactivar la economía, crear empleo, garantizar los servicios sociales y proteger a los más desfavorecidos.
- Mikel Basabe (Aralar). Defendió la enmienda de totalidad de su grupo como un modo de censurar "un recorte inaceptable de las ayudas sociales" mediante el endurecimiento de los requisitos para acceder a las mismas y la reducción de las cuantías en un 7%.
- Juanjo Agirrezabal (EA). Sostuvo durante el debate que se trata de un proyecto que, en lugar poner el dinero público al servicio de la reactivación económica y la creación de empleo, se dedica a cumplir objetivos de déficit, aunque ello suponga "rebajas en educación y en sanidad".
- Gorka Maneiro Rechazó las cuentas porque empeoran las condiciones laborales de profesores y profesionales sanitarios cuando se podría reducir de forma drástica el entramado de sociedades públicas, los cargos públicos o las delegaciones exteriores.
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