La explicación se remonta a 1936
Vecinos de Navarredonda, pequeño bastión de la izquierda, encuentran el origen de su apoyo a Rubalcaba en un suceso ocurrido durante la Guerra Civil
Hay historias que se cuentan en voz baja y que no hay mucha gente que quiera atribuírselas. La de Navarredonda, un pueblo de 150 habitantes, ha pasado de boca en boca, de generación en generación. Y en ese relato que se remonta a 1936 se encuentra, en opinión de muchos, el origen de que este sea uno de los dos únicos municipios que para las elecciones generales hayan confiado en un candidato de izquierdas, en contra de lo que ha ocurrido en la gran mayoría de poblaciones de España.
En esa fecha, el pueblo estaba gobernado por un alcalde de derechas. Al estallar la guerra, un grupo de anarquistas se personó allí para fusilarle, pero la gente de izquierdas de Navarredonda lo evitó, aun a riesgo de sufrir la represalia de los anarquistas. Tres años después, cuando Franco se había aupado al poder, los de derechas del pueblo, según esta historia, no se comportaron de la misma manera y denunciaron a los republicanos. A partir de ahí, según los testimonios recabados, se creó un clima de animadversión a los conservadores que perdura hoy día.
"Somos muy rojos, no te jode", zanja la discusión sobre el origen del apoyo a la izquierda un exconcejal local del PSOE, Francisco Javier Colmenarejo. Le gustaba mucho bromear con su madre diciéndole que iba a presentarse por el PP a las elecciones locales. "Entonces no te voto", le respondía ella, anteponiendo la ideología incluso a los llamamientos de la sangre.
La diferencia aquí entre Rubalcaba y Rajoy tampoco es que fuese muy grande: 44 votos frente a 26. "Pura casualidad", sostenía un empadronado tras conocer los resultados, como si pensase que aquello que ocurrió en la Guerra Civil no haya influido para nada en lo ocurrido. El pueblo, por cierto, lo gobierna un partido independiente.
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