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DANIEL CRAIG. A la manera de Richard Burton

Si aceptamos el cliché que considera a Clooney el heredero de Cary Grant, a Craig habrá que endosarle el legado de Richard Burton. Galán elegante y ligero el uno; hosco y parco el otro. Aunque el británico llevaba trabajando desde los 25 años, cuando se convirtió en James Bond estaba ya cerca de los 40. La elección de cualquier actor para interpretar al espía suscita debate. Dicen que Ian Fleming nunca imaginó a Sean Connery en el papel y que le hubiera gustado que fuera para Rex Harrison. En dos entregas, el Bond de Craig ha recuperado nervio y ha cambiado los clásicos trajes de Brioni por los más atrevidos de Tom Ford. Aunque no fue precisamente con un traje, sino con el ajustado bañador azul que lucía en Casino Royale, con lo que se ganó una clase de tosca admiración que parecía reservada a las conquistas del espía, de Ursula Andress a Halle Berry. En el estreno, un periodista de The Independent le preguntó a Craig por qué no lo llevaba puesto. Él le mandó a paseo sin contemplaciones. Una anécdota que encaja bastante bien con las señales que emite esa férrea mandíbula.

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