"Los investigadores del Príncipe Felipe trabajan, los políticos no"

Cristina Ponce habla con conocimiento de causa. No conoce la diabetes a nivel metabólico como Deborah Burks, científica del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia, que ayer presentó en el salón de actos un trabajo sobre la prevalencia de trastornos cognitivos en estos pacientes. Pero es experta en otra cara de la enfermedad y nadie puede reprocharle que no haya luchado para combatirla.

A los ocho años, la diabetes se manifestó en su hija Paula. "Desde entonces la he ayudado a convivir con ella, comer de forma ordenada, hacer ejercicio, pincharse siete veces al día y a ser fuerte", relataba ayer. Cristina sabe que la insulina ayuda a vivir a Paula, pero no la curará. Por eso, hace unos meses decidió reunirse con investigadores del CIPF para trasladarles su intención de recaudar fondos -la campaña Proyecto Paula ya lleva 6.000 euros en seis meses- y colaborar, en la medida de sus posibilidades, en la búsqueda de un tratamiento eficaz. Y por eso, ayer, en la presentación del trabajo de Burks, se encontraba entre el público y saltó como un resorte cuando escuchó a Guillermo Ferrán, de la Consejería de Sanidad, justificar los recortes económicos de la Generalitat al CIPF, que supondrán el despido de 108 de sus 260 trabajadores y la probable desaparición de tres grupos que trabajan en diabetes.

"Sin investigación, yo no estaría aquí", comenta una paciente

"Los investigadores están trabajando, los políticos no", lanzó Cristina al responsable de Sanidad. "De la investigación depende que mi hija no se quede ciega o inválida. Hay que poner todo el dinero del mundo para ayudar a estos señores [a los investigadores]".Ante un auditorio cargado de tensión, el de Cristina Ponce no fue el único reproche que escuchó ayer el director general de Ordenación y Asistencia Sanitaria, Guillermo Ferrán, por el tijeretazo que la consejería ha sometido al Príncipe Felipe y que compromete seriamente el futuro del centro.

En medio del acto, una representante del comité de empresa entregó a Ferrán un documento dirigido al consejero de Sanidad, Luis Rosado, para que detenga tanto el expediente de regulación de empleo (ERE) que está en marcha, como el cierre previsto de 16 laboratorios, y que se incremente la inversión de la Generalitat para las instalaciones en cinco millones de euros.

El representante de la consejería también tuvo que presenciar cómo la presidenta de la Asociación Valenciana de Diabetes, María del Toro, mostraba su malestar con Rosado por sus declaraciones "poco afortunadas" de hace dos semanas en las que atacó a Bernat Soria para defenderse de las críticas por los recortes en el CIPF. El consejero apeló a evitar caer "en los errores del pasado" e indicó: "En los noventa un investigador dijo que iba a acabar con la diabetes y 20 años después la enfermedad sigue".

"Yo sin la investigación en diabetes no estaría aquí", insistió María del Toro en referencia a la insulina, gracias a cuyas inyecciones sobrevive, al igual que millones de diabéticos.

Más sutil fue Deborah Burks. En la presentación de su trabajo, destacó que la investigación "requiere su tiempo" y que los resultados "son a largo plazo". Puso el ejemplo del primer tratamiento con insulina, en 1922, que llegó más de 50 años después del descubrimiento de los islotes pancreáticos. "Cada investigador aporta su pieza al puzle y los resultados llegan a los 10, 20 o 100 años". Por ello, incluso en tiempo de crisis, "hay que dedicar fondos públicos a la investigación".

Las últimas excusas con las que Guillermo Ferrán, al final del acto, trató de justificar que el despido de grupos de investigación seguirá "criterios objetivos con datos neutrales", tampoco sirvieron de mucho para calmar los ánimos.

-Eso no es verdad, le interpelaron desde el salón de actos.

-No tengo datos para rebatir sus argumentos, lo cual no quiere decir que no existan, replicó el director general.