Regreso a casa con temor

"Vuestro edificio va a estar muy mirado, no os preocupéis". Sin embargo, las caras de la decena de vecinos que aguardaban para entrar en sus casas tras el socavón en la plaza de Isop, en el barrio de la Teixonera de Barcelona, reflejaban eso: preocupación. Después de salir de sus pisos del inmueble del número 4 de la plaza el viernes por la noche y pasar el fin de semana en un hotel vecino, ayer por la mañana pensaban que no podrían regresar a sus pisos. A mediodía el Consistorio comunicó a los 14 desalojados que podían volver porque el edificio no corría ningún peligro. Las explicaciones se las dieron más tarde, a pie de edificio, entre las vallas de la plaza todavía desventrada -hay trabajo para tres semanas- y con el ruido de fondo del agua por la cañería provisional. "Al edificio no le ha pasado nada pero, de todas maneras, revisadlo todo", insistía un técnico municipal mientras los de la compañía del gas y el agua comprobaban los suministros. Al regreso, se encontraron testigos colocados en la fachada de la finca para registrar cualquier movimiento. Los sensores que se colocaron hace años -cuando los trabajos del metro de la línea 5 del metro ya les ocasionaron grietas- volverán a ser utilizados para registrar movimientos. La desconfianza de los ocupantes de esa finca sobre las modificaciones que ha podido experimentar el subsuelo de esa zona tras las obras del metro es importante. "Yo solo sé que antes de las obras del metro nunca pasó nada. Luego las grietas y ahora esto. ¿Si la fuerza del agua rompió un conducto, quién nos asegura cómo está el suelo sobre el que estamos?", se preguntaba ayer Eva Cabrera en el comedor de su piso. Ella, como el resto de los vecinos, se apresuró a inspeccionar su casa en busca de algún signo de alarma. No vio nada extraño. "Pues a mí me ha salido una pequeña grieta en la habitación. Pero es muy pequeña", replicaba otra. Isabel Jiménez, de los bajos, no tenía problema en enseñar el rastro que dejó el agua en una habitación: "No fue el viernes, fue el domingo por la mañana cuando nos dejaron coger unas cosas. Al entrar nos lo encontramos lleno de agua". Los bajos dan a la calle de Plutó, con una fuerte pendiente y que muere en la plaza de Isop, donde se produjo el socavón. De ahí que los vecinos no estén muy convencidos de la seguridad del edificio. Por eso han exigido al Consistorio que les hagan un informe por escrito.

Sensores y testigos en el bloque para registrar eventuales movimientos

Si los vecinos no las tienen todas sobre el subsuelo de la finca de la plaza de Isop, el Ayuntamiento considera que hace falta un estudio geológico de esa zona de Horta-Guinardó, que se caracteriza por ser de torrenteras y de antiguas rieras. "Aquí se construyó como se construyó, muchas veces directamente sobre rieras cuyo curso se ha visto desviado", explicaba el tercer teniente de alcalde de Hábitat Urbano, Antoni Vives.

El estudio no se limitará al bloque más cercano a la zona del socavón y se colocarán sensores en algunas de las fincas de las calles de Plutó y Cortada. La cañería que reventó bajaba por una fuerte pendiente y describía una curva cerrada en el subsuelo de la plaza.

Una orografía que se repite en una zona muy escarpada, junto a Vall d'Hebron. Algunas obras, empezando por el túnel del metro, han podido tener impacto en el subsuelo y eso es lo que ahora se quiere chequear. De momento, los vecinos afectados por el desalojo se reunirán hoy con la edil Francina Vila para tener más información.