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ELECCIONES 2011 | El final de la violencia etarra

"Y encima se ríen estos cabrones"

Un micrófono abierto revela el insulto de la magistrada Murillo a cuatro etarras en su juicio - El Supremo ya anuló una condena a Otegi al considerarla parcial

Un micrófono indebidamente conectado jugó ayer una mala pasada a la presidenta de la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional, Ángela Murillo. El incidente se produjo durante el juicio al comando Argala de ETA, formado por Andoni Otegi, Oscar Zelarain y Juan Carlos Besance, que actuaban a las órdenes de Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, que también se sentaba en el banquillo, por el asesinato del concejal de UPN José Javier Múgica en 2001. Tras la declaración de su viuda, a Murillo se la escuchó comentar a sus compañeros de tribunal: "Y encima se ríen estos cabrones...".

La vista comenzó con mal pie para Murillo, que la presidía junto a los magistrados Juan Francisco Martel y Carmen Paloma González. Durante el interrogatorio de los acusados, la magistrada se olvidó de recordarles sus derechos, el de responder a todas o parte de las preguntas o no contestar y el de no declarar contra sí mismos. Al pedir al primer acusado (Txapote) que se levantara para declarar, este se negó abruptamente en euskera, ante lo cual, Murillo le ordenó callar.

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Un rifirrafe similar se produjo cuando Otegi rechazó las preguntas e intentó denunciar las supuestas torturas sufridas por su compañero de comando Besance. Murillo tuvo que intervenir varias veces para ordenar a los agentes que separaran a los acusados ante los continuos chismes y risas que intercambiaban entre ellos. El comentario de la presidenta del tribunal se produjo tras la emotiva declaración de la viuda del concejal asesinado. Adoración Zubeldia, entre sollozos, recordó el atentado. "El coche estaba ardiendo y mi marido estaba dentro quemándose", respondió al fiscal. Después relató el rosario de amenazas recibidas por su esposo antes del asesinato -pintadas con dianas, robos en su negocio, una furgoneta quemada...- y cómo la casualidad quiso que ni ella ni su hijo fallecieran también ese día.

El insulto de la juez podría ser utilizado por la defensa de los etarras para anular el juicio por supuesta parcialidad del tribunal. Murillo ya fue protagonista de un incidente con esa consecuencia durante el proceso al exdirigente de Batasuna Arnaldo Otegi por su participación en el homenaje al preso de ETA José María Sagarduy en enero de 2010. Cuando la magistrada le preguntó si condenaba a la banda, Otegi se negó a contestar. Ella apostillo: "Sabía que no me iba a responder". Ese diálogo sirvió al Supremo para ordenar repetir el juicio con otro tribunal. Otegi, que había sido condenado a dos años, resultó absuelto en la nueva vista. Ayer, el fiscal pedía entre 38 y 48 años por asesinato, tenencia de explosivos y pertenencia a banda armada.

Las magistradas Teresa Palacios y Ángela Murillo, ayer frente a la Audiencia Nacional.
Las magistradas Teresa Palacios y Ángela Murillo, ayer frente a la Audiencia Nacional.SAMUEL SÁNCHEZ
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