El atún rojo como atractivo turístico

La pesca y el turismo se darán la mano en L'Ametlla de Mar (Baix Ebre) a partir de mayo. El Grupo Balfegó, empresa dedicada a la captura, engorde y comercialización de atún rojo, pondrá en marcha, con el apoyo del Ayuntamiento de la localidad, el Tuna Tour, un itinerario por las instalaciones que la firma tiene en alta mar. En el proyecto han invertido un millón de euros para la construcción de un catamarán con capacidad para 60 personas y por 50 euros los visitantes podrán conocer de primera mano su negocio.

La ruta incluye una visita a la granja de engorde, donde centenares de atunes de hasta 300 kilos esperan su destino. Los turistas podrán ver cómo un buzo dispara a los peces y el despiece de su carne para que en 72 horas alguien pueda zampárselo al otro lado del mundo. Pero no solo eso; los visitantes darán de comer a los atunes y los más atrevidos tendrán la oportunidad de nadar y bucear entre los peces. "Calculamos que 7.000 personas al mes realizarán la actividad", explica Pere Vicent Balfegó, presidente del grupo. Forma parte de la quinta generación de pescadores de su familia y dirige un negocio que ha ido evolucionando hasta convertirse en el principal productor español de atún rojo. En 2010 el Grupo Balfegó facturó 28 millones de euros. Esté año prevén mantener el nivel de ingresos, ya que son de su propiedad cuatro de los seis barcos pesqueros que capturan atún rojo en España.

Sin embargo, el Tuna Tour ha levantado críticas entre las organizaciones ecologistas y lo cierto es que la iniciativa hubiera sido impensable hace solo cuatro años, cuando el mercado del atún rojo rozó el colapsó y se lanzó una campaña internacional para vetar la pesca excesiva: en 2007 las empresas capturaron casi 50.000 toneladas más de las que recomendaban los científicos. "Se han robado más de 500.000 toneladas en los últimos 15 años", afirman representantes de Ecologistas en Acción.

El resultado de las restrictivas medidas para preservar la especie que impuso la Unión Europea son flamantes barcos franceses, muchos construidos con ayudas gubernamentales, que ahora esperan en la cola del desguace. En 2010 la Comisión Europea fijó la captura máxima en 13.500 toneladas, pero los países comunitarios también consiguieron parar una iniciativa de Mónaco que demadaba la prohibición del comercio internacional de atún rojo.

Ahora los barcos del Grupo Balfegó actúan en las costas baleares, donde pescan, bajo estrecha vigilancia. El Tuna Tour y unas jornadas de divulgación científica sobre el atún rojo que la empresa organiza desde hace cuatro años son la respuesta a las peticiones de pesca responsable. Además, cualquier consumidor de sushi en Tokio puede recibir un mensaje al móvil con todos los detalles del ejemplar del grupo que consume y han iniciado un proyecto culinario con la Fundación Alicia. "La responsabilidad es de todos", dice Juan Serrano, director general de la empresa, que cuenta con 200 empleados.

"La recuperación del stock es lenta, vamos a tener que hacer sacrificios", corroboró Josu Santiago, presidente del comité científico de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT son sus siglas en inglés), en las últimas jornadas organizas por el Grupo Balfegó, celebradas la semana pasada. En la actualidad la veda se abre el 15 de mayo y pueden pescarse durante un mes, pero en la misma convención Ramon Franquesa, catedrático de Economía Pesquera de la UB, propuso iniciar la captura el 1 de junio porque así más ejemplares se pescarían tras el desove.

Franquesa presentará en noviembre de 2012 un estudio que lo avala frente al ICCAT. Por el momento, ante la adversidad, los científicos y las Administraciones son optimistas. "Constatamos que la especie está respondiendo bien", concluye Alicia Villauriz, secretaria general del Mar de Ministerio de Medio Ambiente.