Las sombras de Platón
De Solaris a Moon, pasando por Donnie Darko y Primer, a lo largo de la historia del cine no han sido pocas las películas que partiendo de una premisa de ciencia ficción pura han derivado luego hacia meras reflexiones sobre la condición humana. A esta posibilidad se apunta también Otra tierra, primer largo de ficción de Mike Cahill, con todas las señas independientes (y los clichés) del Festival de Sundance, donde ganó el Premio Especial del Jurado de la sección Cine del Mundo. Una obra que parte de un hecho inquietante, la aparición, casi a modo de satélite, de esa otra tierra del título, a imagen y semejanza de la nuestra, con la que se llega a contactar para llegar a la idea de que igual puede ser un espejo que una réplica exacta, y quizá mejorada, de nuestro planeta, para luego girar hacia un drama sobre la posibilidad de enmendar errores del pasado a través de una redención activa.
OTRA TIERRA
Dirección: Mike Cahill.
Intérpretes: Brit Marling, William Mapother, Matthew-Lee Erlbach, Robin Taylor.
Género: ciencia-ficción. EE UU, 2011.
Duración: 92 minutos.
El mito de la caverna de Platón, la dicotomía entre apariencia y realidad, están en la base de la película, pero Cahill dedica demasiado tiempo a la relación de la joven exconvicta que necesita redimirse de un pecado adolescente y el hombre viudo víctima de la conducta de la chica. Una historia que sí hemos visto mil veces y que no acaba de enlazar bien con el mucho más atractivo planteamiento solipsista. Lastrada también por una estética new age algo gastada, la película deja sensación de corto alargado.
Babelia
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