Leonard Cohen vestido de príncipe
La elegancia del cantante protagoniza el inicio de la semana de los galardonados
Leonard Cohen baja de un avión como otros bajaban del Queen Mary, impoluto: traje cruzado, corbata y sombrero. Llega al hotel en Oviedo, saluda, firma unos libros, posa con un grupo de gaiteros, saluda de nuevo, se retira. Al día siguiente aparece sonriente en un encuentro con la prensa, impecable de nuevo. Alguna vez lo intentó con los vaqueros. Nunca se sintió a gusto. Lo ha dicho él mismo.
"Sé que nos expulsaron en 1492, y me encanta que me reciban de nuevo", dice irónico a sus 77 años al ser preguntado por su condición de judío. Cuando en junio pasado se enteró de que le habían dado el Príncipe de Asturias de las Letras -mañana lo recibirá en una solemne ceremonia en la que improvisará su discurso- agradeció tal reconocimiento a "los compatriotas de Machado y Lorca", de su "amigo Morente" y a los "incomparables compañeros de la guitarra española".
Además, siete años después de Dear Heather, el artista de Montreal tiene nuevo disco de estudio. Titulado Old Ideas, se publicará en la primavera de 2012 y contiene 10 canciones nuevas. Lo que no sabe es si habrá gira. Mientras llega la primavera, el otoño español subraya la relación del cantante con la literatura. La editorial Edhasa acaba de reeditar sus dos novelas, El juego favorito (1963) y Hermosos perdedores (1966). Si hay quien ha dicho que la primera es un Guardián entre el centeno de nuestro tiempo, el propio Cohen ha descrito la segunda como "una rara colección de riffs de jazz, chistes de pop art, kitsch religioso y oraciones balbuceadas". Ayer en Oviedo no se atrevió a hacerles propaganda: "Hay tan poco tiempo y tanta literatura buena disponible que no voy a recomendar ningún libro mío".
El escritor había publicado esas dos novelas y cinco libros de poemas cuando en 1967 grabó su primer disco, Songs of Leonard Cohen. Desde entonces, y pese al resquemor que despertó en algunos el hecho de que un cantante ganara un premio literario, la música y la literatura han engrosado paralelamente su obra. ¿Cómo sabe cuando una letra será un poema o una canción? "La música y la letra nacen a la vez. Algunos acordes sugieren una frase. A veces una frase sugiere un movimiento en la guitarra. No es un proceso ordenado. No es como la mesa de un bufé a la que te sientas para elegir palabras o notas musicales. Trabajas en la oscuridad. Las canciones salen de una vida que es imperfecta. Cuando coges la guitarra o una página en blanco empiezas de cero, eres un principiante. Es una lucha contra el silencio y tus debilidades".
Alberto Manzano, legendario traductor de los poemas y canciones del artista canadiense, insiste en la relación entre sus distintas facetas: "Cohen es sobre todo un hombre de letras, pero en sus palabras siempre parece sonar una guitarra". Manzano está detrás del reciente Leonard Cohen en boca de... (con Nick Cave, Suzanne Vega o Jackson Browne), un disco homenaje que coincide con el libro ilustrado Songs by drawings (con Aute, Sabina o Rosenvinge). Además, ha cuidado para la editorial Visor A mil besos de profundidad, una monumental antología de 800 páginas en dos tomos que recorre los poemas y canciones de Leonard Cohen entre 1956 y 2011. La obra permitirá ver la evolución paralela entre el poeta y el músico: "De la influencia de la Biblia y los románticos ingleses a los cantos de desobediencia; de la meditación zen al apocalipsis de su última etapa".
Las jornadas Cohen se prolongan hoy con la inauguración en la Universidad de Oviedo de una exposición de sus dibujos y grabados. La jornada de ayer la cerró un acto dirigido en Gijón por el músico zaragozano Javier Mas, que acompaña con su laúd a Leonard Cohen desde que este lo escuchara tocar en el disco que algunos artistas españoles le dedicaron en 2007. Nacho Vegas, otro de los participantes en el concierto de anoche, insiste: "Es único. Sus letras se leen como poemas y funcionan. No me pasa con otros: a Dylan necesito oírlo cantar".
'Oscuridad', de Leonard Cohen. Pertenece a su próximo disco Old Ideas y se incluye en la antología A mil besos de profundidad. Poemas y canciones 1956-2011, que, en edición y traducción de Alberto Manzano, publicará la editorial Visor.
Canción inédita
Cogí la oscuridad
Fue bebiendo de tu copa
Tengo la oscuridad
De tu pequeña copa dorada
Te pregunté ¿es contagioso?
Tú dijiste "Bébetela toda"
No tengo futuro
Sé que me quedan pocos días
El presente no es agradable
Hay tantas cosas que hacer
Creía que el pasado se quedaría conmigo
Pero también está la oscuridad
Tendría que haberlo visto venir
Estaba detrás de tus ojos
Tú eras joven y era verano
Yo solo tenía que lanzarme
Conquistarte fue fácil
Pero el precio fue la oscuridad
No fumo cigarros
No bebo alcohol
Aún no he conocido el amor
Pero siempre ha sido lo que tú querías
Y solo la oscuridad
Tiene para mí sentido
Antes me gustaba el arcoíris
Y me gustaba mirarlo
Me gustaba el amanecer
Pretendiendo que era nuevo
Pero cogí la oscuridad
Y es peor que la tuya
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