Cuando los datos estropean el negocio
Conseguir aumentar la longevidad de manera espectacular en organismos modelo de laboratorio -la levadura, el gusano o la mosca- mediante una manipulación genética simple, desató una carrera triunfal en pos de la fuente de la eterna juventud. Esa manipulación consistía en aumentar la expresión del gen de la sirtuina y pronto la descripción de un compuesto, el resveratrol, como activador de la sirtuina, ponía en nuestras manos cápsulas que aseguraban ser un auténtico elixir de juventud que nos mantendría jóvenes para siempre.
La investigación no es ajena a modas y tendencias, ni resulta inmune a intereses personales y económicos. Algunos de los científicos involucrados en los primeros pasos de este apasionante campo se lanzaron a difundir el milagro de las sirtuinas y su activador el resveratrol, mediante intervenciones espectaculares, aupados por la prensa y los departamentos de publicidad de las empresas que vieron el filón comercial detrás de esta ciencia antienvejecimiento; pero también con el respaldo de las revistas científicas más prestigiosas que no dudaron en servir de altavoces a estos avances. No importó que surgieran datos que contradecían esos primeros resultados, ni que la investigación no apoyase las afirmaciones extraordinarias de unas firmas poco dispuestas a que la evidencia científica les estropease un negocio redondo. No fue un impedimento que los resultados en organismos más complejos, como el ratón de laboratorio, mostrasen que ni el aumento de sirtuina ni el tratamiento con resveratrol tenían una incidencia apreciable sobre la longevidad de estos animales.
Ahora, nuevos resultados de investigadores que se decidieron a reevaluar los trabajos originales que describían a la sirtuina como capaz de aumentar la longevidad de moscas y gusanos, parecen poner el último clavo en el ataúd de la investigación con estas moléculas, al demostrar que muy probablemente no estaban bien realizados. Y sin embargo, quizá sea pronto para enterrar a la sirtuina y al resveratrol. Durante estos años hemos aprendido que el resveratrol quizá no alargue nuestros años de vida, pero sí podría ser protector frente a los efectos del conocido como síndrome metabóli-co, el conjunto de alteraciones derivadas de las dietas ricas en grasa, verdadera pandemia de nuestro tiempo y nuestras sociedades desarrolladas. Pero para poder beneficiarse en el futuro de un posible efecto del resveratrol, lo primero que debemos hacer desde todos los ámbitos es asegurarnos que la investigación científica seria es la que predomina por encima de los demás intereses.
Manuel Collado es investigador del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
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