"Llevo 29 años en barracones"
Los aularios del IES Francisco Gil de Canals están "provisionales" desde 1979 - Una profesora denuncia que da clase con abrigo y bufanda en invierno
Cada mañana, la catedrática de Latín y Griego Pepa Sanchis Llacer se dirige al aulario "provisional" con techo de uralita, instalado en el verano de 1978 en el instituto público Francisco Gil de Canals (Valencia). Así lo hace cada curso desde que aprobó las oposiciones, hace ya casi 29 años. "Llegué en 1983 y toda mi vida laboral he trabajado en estos barracones", cuenta con humor y cierta resignación.
"En invierno nos congelamos y damos clase con abrigo y bufanda", relata mientras recorre mentalmente el estado ruinoso del edificio principal. Un mastodonte, con capacidad para 530 alumnos, lleno de "goteras", "roturas del techo" y ventanales -"con huecos en los que cabe un dedo", que los alumnos tapan con papel de aluminio- y con un sistema de calefacción ineficiente por las fugas de calor.
El proyecto para levantar un nuevo edificio está parado por falta de dinero
Canals, con 14.079 habitantes, es un municipio de tradición industrial -situado a 51 kilómetros de Valencia en un valle del interior- que desde hace 40 años recibe a escolares de toda la comarca. Prácticamente, desde su apertura, "el centro se quedó pequeño", insiste Sanchis.
El segundo instituto de nueva creación en Canals se inauguró durante el último Gobierno socialista en 1992. Desde entonces, la dirección del centro, los padres y los alumnos han dado la batalla con tres Administraciones locales diferentes -sin éxito- para que el IES se reforme y amplíe, conforme al patrón de adecuación técnico y medioambiental que exige la ley para todos los institutos.
"Tenemos un sistema de aire acondicionado que funciona con gasoil. Pero, en un edificio antiguo como este, es difícil que caliente lo suficiente", confirma su actual director, Vicente Oltra. La dirección ha optado por comprar estufas para las grandes aulas. "Gastamos mucho dinero en calefacción y, aún así, no conseguimos calentar el aula. Aquí la temperatura en invierno por la mañana está por debajo de los cero grados", ilustra Oltra, que confirma que el retraso en la construcción del nuevo edificio acumula "11 o 12 años".
La última rehabilitación importante del edificio principal se hizo en 1976, cuando el Gobierno publicó el real decreto que lo convertía en Instituto Nacional de Bachillerato, independiente del comarcal de Xàtiva. El salto de pasar de ser una sección a un instituto con funcionamiento autónomo fue un hito en una provincia donde solo había 32 centros con estudios de bachillerato y COU. Desde hace seis años, lo único reseñable son las protestas de los alumnos y padres por la desidia de las tres Administraciones municipales (dos del PP y un alcalde independiente) que han pasado por Canals.
Hartos, "los alumnos llegaron a hacer huelgas y plantarse con mantas en la plaza del Ayuntamiento para protestar por esta situación", recuerda Sanchis. Y, hace unos años, aprovechando una vista del ya expresidente Francisco Camps a una localidad vecina, padres e hijos se colaron en el acto y le arrancaron un compromiso. "En el verano, empezarían las obras, dijo", recuerda Oltra. Camps ha dimitido acosado por el caso Gürtel y la empresa pública de construcciones escolares de la Generalitat, Ciegsa, -que durante tres legislaturas ha construido 210 centros nuevos y reformado otro centenar- está paralizada por falta de dinero y acosada por una deuda reconocida de 2.200 millones de euros.
El 28 de octubre de 2010, el Ayuntamiento recibió la memoria del proyecto redactado por Ciegsa. Explicó que se seguiría el procedimiento de demolición y levantamiento del nuevo edificio en los mismos terrenos. "Pero no hay fecha", dice el presidente de la Asociación de Padres, Virgilio Garrigós. "¿Para qué se va a hacer una obra tan costosa como cambiar las ventanas, en un edificio que va a ser demolido?".
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