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59ª edición del festival de cine de San Sebastián

"Si no llegan papeles, hay que crearlos"

Glenn Close, que protagoniza y produce 'Albert Nobbs', recibe el Premio Donostia

Comió txangurro, bebió txakoli, cantó en la rueda de prensa y a su hija le dio tiempo a conocer la noche donostiarra. El viaje de Glenn Close (Greenwich, Connecticut, 1947) a San Sebastián para recoger anoche el Premio Donostia, otorgado en homenaje a toda una carrera, ha sido bastante completo. Como su comparecencia de ayer ante la prensa, en la que habló de todo lo que le preguntaron, aunque ella lo llevó en constante requiebro hacia la promoción de su película, Albert Nobbs (dirigida por Rodrigo García, quien le entregó el Premio Donostia, que ella recibió con lágrimas en los ojos), que coproduce, coescribe y protagoniza.

Huele a sexta candidatura al Oscar. Ahora, ganarlo, cosa que nunca ha hecho, parece lejos teniendo de contrincante a Meryl Streep de Margaret Thatcher en La dama de hierro. "Sería maravilloso que me seleccionaran para el Oscar, hace años que no me pasa. Al inicio de mi carrera decidí que solo elegiría guiones bien escritos, que no trabajaría por dinero o por si me podía llevar premios: ese es un territorio peligroso. No merece la pena. ¿Streep? Con ella nunca hablo del Oscar, creo que charlamos de nuestros hijos. No es una amiga cercana, pero la respeto mucho", aseguró Close, en su encuentro con la prensa, algo soso y sin emociones. La actriz confesó: "Soy muy fatalista, no hablo de los Oscar porque no hablo de las cosas hasta que hayan pasado. En cuanto al Premio Donostia, estoy increíblemente conmovida. Cuando empiezas una carrera, nunca sabes adónde vas a llegar. Se presenta un momento en que descubres que tienes un gran currículo. Y solo por ser fiel a tus ideas. Recibir un premio por algo tan frágil como es la vida de un actor me hace ser mucho más humilde. Es un gran momento para mí".

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Albert Nobbs desgrana el sinvivir de una mujer que se hace pasar por hombre para poder sobrevivir, trabajando como camarero en un hotel en el Dublín de la época victoriana. "Encarné a Albert Nobbs en el Off Broadway en 1982, cuando la adaptamos de un cuento corto. Era una obra austera, con mimo, muy pura. Hace 10 años estuve a punto de levantar la película y perdimos entonces la oportunidad. Es la primera vez que produzco para cine. Ni un penique de Albert Nobbs ha salido de Hollywood. Estoy muy orgullosa de haberlo conseguido".

¿Y lo de encarnar a una mujer que construye día a día a un hombre? "Los hombres y las mujeres somos muy distintos. Nosotras somos muy complejas. Es difícil convivir entre los dos sexos... O al menos eso pensaba antes. Las cosas cambian y ahora tengo un marido maravilloso. En Hollywood es más fácil sobrevivir como hombre. Yo he tenido suerte. Además, siempre he pensado que si no me llegaban papeles, tenía que crearlos y producir las películas yo".

Albert Nobbs fue ayer el plato fuerte de un menú con muchas otras ofertas, como el debut en la dirección de la actriz Sarah Polley, Take this waltz (inspirado en la homónima canción de Leonard Cohen), que no fue bien recibida por la prensa pero sí por el público, y la novedad de la unión entre la cocina y la música: el documental Mugaritz BSO, codirigido por Felipe Ugarte y Juantxo Sardón, basándose en los sofisticados platos del cocinero Andoni Luis Arduriz. "Nunca me hubiera imaginado que mis platos tuvieran música, pero lo que es obvio es que todas las culturas y todos los pueblos reflejan en sus platos el entorno en el que están circunscritos y también reflejan su forma de ver el mundo a través de sus melodías", aseguraba el chef en la fiesta organizada tras la proyección, que fue todo un viaje sensorial, con más o menos fortuna, -los platos con jamón ibérico, las patatas aún con forma de piedras y los tomates como si fueran fresones fueron los que tuvieron más éxito- por esa oferta de exquisita elaboración y de largos nombres y a veces imposibles.

Glenn Close recibe el Premio Donostia  en el festival de cine de San Sebastián.
Glenn Close recibe el Premio Donostia en el festival de cine de San Sebastián.JESÚS URIARTE

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