Eduardo Mendoza: "Ser Miss España un año está bien"

Decía Tagore que hacer preguntas es la prueba de que se piensa. Cuando escribe, Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) se hace preguntas a cada paso. Cuestiones prácticas, como el precio de un coche y el salario medio de 1934. Buscar las respuestas es una parte del proceso creativo que entusiasma al autor. "No sé si lo que me gusta es escribir la novela o documentarme a través de esa investigación casi policiaca", bromea en Segovia, poco antes de asistir a una lectura pública de Riña de gatos, el premio Planeta 2010, la antesala del Hay Festival Segovia del 17 y el 25 de septiembre, y que este año tendrá un ojo sobre el poeta y filósofo indio Rabindranath Tagore, y otro sobre Alemania (el filósofo Rüdiger Safranski conversará con el director de EL PAÍS, Javier Moreno, en la inauguración).

Mendoza se documenta a fondo, aun a riesgo de alcanzar la saturación, como le ocurrió con el material de la Guerra Civil y la II República que manejó para escribir la novela. "Uno de los peligros es quedarse aplastado o paralizado por el material". Compensa esta pulsión con otra documentación activa: observar de primera mano cualquier acontecimiento: "Fui a ver a los indignados, y en Londres corrí a las revueltas. Me gusta curiosear y fantasear. Las experiencias van a un depósito y las fantasías salen de otro; no sé como funcionan los vasos comunicantes entre ellas". Con la gira del Planeta a punto de concluir -"Ser Miss España durante un año está muy bien"-, el escritor se ha nutrido de numerosas vivencias, aunque rehúya de lo biográfico como inspiración literaria. "Lo personal es concreto y áspero. No siento la profesión de intérprete

[él lo fue durante años] como algo merecedor de una ficción, me resulta más estimulante pensar en un detective", aclara. En una ocasión, cuenta, Javier Marías le consultó si el intérprete que había creado en un libro era o no verosímil. Mendoza le contestó: "En absoluto, nada verosímil, pero es lo que tú has creado".