Guardería pública busca dinero
La escuela infantil de Organyà, afectada por los recortes, cerrará si los padres no aceptan pagar más
Al Ayuntamiento de Organyà (Alt Urgell) no le salen las cuentas para mantener abierta el próximo curso la guardería municipal. El Consistorio alertó ayer de que no podrá hacer frente a la reducción de subvenciones para guarderías de la Generalitat, por lo que se verá obligado a cerrar el centro educativo si las familias no aceptan pagar más, una noticia que causó ayer un gran revuelo en este municipio pirenaico de poco más de 900 habitantes.
Ni las dos maestras que trabajan en el jardín de infancia ni las familias de los pequeños sabían que la continuidad del servicio, en funcionamiento desde hace 10 años, peligra. "El aumento de la cuota mensual", que es actualmente de 125 euros sin el comedor, "es la única solución para salvar el equipamiento", aseguró el alcalde del municipio, Antoni Fiol (PSC). Menos niños matriculados y menos subvenciones son las dos razones que explican que la guardería de Organyà penda de un hilo. "El curso pasado había 15 niños matriculados, pero este año solo hay 10 preinscritos", señaló. Sin embargo, Fiol confía en que la guardería inicie el curso en septiembre aunque se lamenta de que la Generalitat se lo ha puesto "muy complicado". En el caso de que el centro educativo tuviera que cerrar las puertas, la guardería más cercana quedará a unos 20 kilómetros, en Oliana o la Seu d'Urgell.
La mayoría de padres quieren la guardería siga abierta, aunque tengan que apretarse el cinturón. Es el caso de Marta y Jesús, que tenían intención de que su retoño Jesús empezara su primer año en la guardería de la localidad. "Nací en Organyà y me hacía mucha ilusión que mi hijo fuera a la guardería de aquí, son pocos niños y el espacio que tienen para jugar es muy grande", afirma Marta, que se plantea coger una reducción de jornada si finalmente la guardería no abre este curso. En una situación similar se encuentran Elisenda y Enric, padres de Carla, una niña de dos años. Esperan que la pequeña pueda acabar la guardería en el pueblo y critican la gestión económica del Consistorio. "No puede ser que se gaste el dinero en fiestas mayores y después no haya para la guardería", explican. "Es un servicio esencial, mi madre es mayor y no puede estar todo el día con la niña", añade Enric.
A diferencia de ellos, Leidi López, nacida en Bolivia y madre de dos niños, no quiere pensar qué hará si suben la cuota de la guardería. "No tengo a nadie que pueda cuidar de mis hijos, yo trabajo todo el día en un bar", se lamenta Leidi. "Tengo gastos y deudas, si el precio sube mucho, no lo podré asumir", explica. Sus dudas se resolverán el próximo lunes cuando el Ayuntamiento se reunirá con las familias para exponerles la situación.
El de Organyà es el primer Ayuntamiento de Cataluña que ha anunciado una medida de esta magnitud y la suya sería la primera guardería que cerraría por la reducción de ayudas de la Administración catalana. Y es que las aportaciones a guarderías municipales fue uno de los recortes del Gobierno catalán en los presupuestos de este año. La Generalitat aprobó pasar de los 1.800 euros de subvención al año por cada plaza a los 1.600, lo que supone una disminución del 11%. Además, la reducción de las ayudas se aplica de forma retroactiva al curso pasado, lo que supone complicaciones para numerosos Consistorios, como el de Organyà, que tendrán que hacer filigranas para poder devolver el dinero del año pasado.
El coste anual de la guardería de Organyà es de 45.000 euros, una cantidad que será necesario que las tres partes implicadas -Generalitat, Ayuntamiento y familias- cuadren para que Jesús, Carla y ocho niños más empiecen el curso en el pueblo.
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