La música latina pega fuerte
Los artistas latinoamericanos son cada vez más aclamados en las discotecas y salas de conciertos de la región, donde reúnen a miles de inmigrantes
"Soy el faraón del ritmo. Doy gracias a Dios por estar aquí con ustedes. Para todos mis amores". Comenzaba el espectáculo. Mateo Aguirre, un niño de origen ecuatoriano, emocionó al público de la plaza de toros de Leganés el pasado domingo 7 de agosto. Con apenas 10 años, el pequeño consiguió el fuerte aplauso de las 400 personas que se reunieron en La Cubierta para celebrar la fiesta patria de Ecuador. Las niñas gritaban su nombre, mientras las madres aplaudían sin parar. Mateo iba vestido con un traje de comunión y una enorme cruz dorada colgaba de su pequeño cuello. Lo acompañaban dos bailarines que, al igual que él, no medían más de metro y medio.
Isabel Gutiérrez, con tan solo cinco años, movía sus pequeñas caderas a ritmo del sanjuanito, que consiste en una serie de movimientos circulares con los brazos extendidos. En una mano, un helado, y en la otra, un globo.
En la capital residen casi medio millón de latinoamericanos
Las entradas para el concierto de Peláez "se venden como churros"
Aguirre vive con su familia en Getafe. A los seis años dejó su país natal pero aún recuerda cuando su abuelo Pedro lo llevaba a las fiestas del pueblo y fue ahí donde aprendió a bailar. A los ocho años, sus padres descubrieron su talento musical y ya lleva dos dedicándose a la música. "Ya ha dado 15 conciertos", comenta orgulloso el padre. ¿Por qué va vestido de comunión? El pequeño no sabe qué decir. "Porque es lindo y así lo remunera", sentencia el progenitor. Por tercer año consecutivo, los ecuatorianos residentes en Leganés celebraron sus fiestas nacionales con gran éxito. Edgar Piñacoza, presidente del Consejo Nacional de Entidades de Ecuatorianos (CNAEE), afirma que este evento, que se extendió de viernes a domingo, cuenta con miles de seguidores. "Por ahora, hemos conseguido llenar La Cubierta los dos días de fiesta".
La música latina está muy de moda en Madrid. Son muchas las salas y discotecas que se llenan todas las semanas para bailar al ritmo del vallenato, salsa, merengue, reggaetón o bachata. Quizá tiene que ver el hecho de que en Madrid residan, en la actualidad, casi medio millón de latinoamericanos, según el último informe demográfico de población extranjera de la Comunidad. "En estos últimos años se ha dado un boom de música latina", opina Jorge Pérez, alias el Doctor Amor, locutor de Radio Corazón Tropical, la emisora con más seguidores, junto con Súper Estación Latina. "Tenemos cerca de 300.000 radioyentes", comenta Pérez. En su programa, que se emite las mañanas de lunes a viernes "lo que más pega es la música cortavenas", es decir, la melodía sentimental. De ahí le viene el apodo.
Pérez ha organizado, junto a Rubén el mezclador, un artista dominicano muy conocido gracias a su single ¡Ahí va la loca!, la publicidad del espectáculo que tuvo lugar en el Nuevo Teatro Alcalá entre los días 5 y 6 de agosto, donde actuaba con el cantante más pegadizo de la República Dominicana, Kwendy García, el Gato Malo. Por primera vez se dio en un teatro español "todo el sabor de la bachata y el merengue". Kwendy puso en pie al público del Alcalá en su primer día de actuación. Contaba con siete músicos que deleitaban al personal al sonido de las güiras ("instrumento típico caribeño que saca brillo a la melodía", según el cantante), las congas y guitarras. El objetivo de Lucía Bouzas, productora del evento, era aunar a los dos públicos: el español y latinoamericano. También quería dejar claro que la música dominicana "es más que Juan Luis Guerra". Lo consiguió. Tres parejas de mediana edad, procedentes de Alicante, salían sudando del teatro. "Hemos bailado hasta el final. Nos encanta el Gato Malo". Conocen al artista de Santo Domingo gracias a la academia de baile a la que asisten cada semana en su ciudad. Eloísa Herrero, de 74 años, estaba enfadada con su marido. "Con lo bien que se mueve cuando quiere y aquí no le ha dado la gana de bailar". Esta madrileña ha salido encantada del concierto. Marta Araújo, una dominicana de 48 años, la invita a la próxima fiesta salsera en el barrio de Fuencarral.
Las discotecas latinas más aclamadas son Juanchito, Yaré (Fuenlabrada) y Sabor a Caney (Torrejón de Ardoz). Martiniano Gómez, de 40 años, contrató los servicios de la primera para el espectáculo de Pipe Peláez, un artista de vallenato de gran prestigio en Colombia, por 8.000 euros. El precio incluye alquiler, sonido y seguridad. Gómez es un productor musical de origen colombiano que ha traído a varios artistas del otro lado del charco en sus 12 años de profesión. El negocio le va sobre ruedas. Las entradas para el concierto de Peláez "se venden como churros". Y eso que el precio es elevado: la entrada vip cuesta 80 euros, la semivip, 50 y la normal, 20. "Los artistas latinoamericanos sueñan con una gira por Europa y la acogida en países como España es cada vez más grande". Este año ya ha traído a ocho artistas al país. La publicidad en este mundo, confiesa, "es fundamental". Además de repartir miles de carteles por todo Madrid, Gómez ha tenido que pagar 500 euros a la emisora de radio Fiesta FM por cinco cuñas publicitarias que se emiten durante 15 días.
Mateo Aguirre se despidió de su público de La Cubierta de Leganés con un tema de la música folclórica de su país: La verbenita. El escenario olía a jugo de coco, chinchulines (tripas de vaca) y canguil (palomitas), productos que se podían comprar en los puestos de la emblemática plaza de toros.
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