El FMI reclama a EE UU que se fije en empleo y vivienda
El Fondo alerta del riesgo de la política monetaria
Si hay algo que ofende especialmente a Ben Bernanke, es que se señale la laxitud de la Reserva Federal que preside como responsable de los problemas que sufre la economía global, como la escalada de precios de alimentos y las materias primas. Y eso es lo que señalan algunos miembros del consejo ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe anual sobre EE UU.
El FMI pide al presidente del banco central estadounidense que consiga el correcto equilibrio al abandonar los estímulos masivos activados durante la crisis, a la vez que mantiene la actividad económica. Y en el contexto actual de "modesto crecimiento", pone especial énfasis en que se adopten medidas para apoyar el empleo y resucitar la actividad en la vivienda.
La tasa de paro se mantendrá por encima del 8% hasta el año 2013
"Un mercado inmobiliario deprimido, la persistencia de un alto desempleo y la débil confianza de los consumidores han frenado las perspectivas de crecimiento", señala el informe. Y a esto se le sumará en breve el impacto del recorte del gasto público y de las medidas fiscales. Por eso recomienda a Washington "cautela" a la hora de retirar el apoyo a la economía.
Con una tasa de paro que proyecta se mantendrá por encima del 8% hasta al menos 2013, el FMI pide un "esfuerzo" adicional para incentivar el empleo. Y en ese contexto mira al sector inmobiliario, que sigue sin hacer pie tras cuatro años de corrección. Recomienda dos medidas: incentivar la modificación de hipotecas y la reforma de las hipotecarias semipúblicas Fannie Mae y Freddie Mac.
Es todo lo que tiene en el plato Bernanke, junto a una situación fiscal "insostenible" que se ve contaminada por el intenso choque político que está aflorando en el debate sobre el techo de la deuda federal. El FMI confía en que se llegue a un compromiso que evite una rebaja de la nota crediticia a EE UU. Eso, señala el fondo, sería "extremadamente dañino".
Si las cosas no se tuercen más, la economía de EE UU crecerá a un ritmo del 2,5% este ejercicio, por debajo del potencial. Y aunque la economía ganara algo de tracción en la segunda mitad del año, el FMI no espera que sea "una recuperación rápida". Esto, junto a la inflación bajo control, permiten a la Reserva Federal mantener su estrategia actual "durante un periodo prolongado".
La incógnita derivada del reproche que se lanza a la Fed es qué sucederá con el flujo de capital que va hacia los países emergentes cuando EE UU empiece a elevar los tipos de interés. Y aquí aparece una de las novedades del análisis del FMI: los efectos de las políticas de Washington se notan ahora por la vía de las finanzas, y no tanto por el comercio.
Es la lectura que se hace del dicho "cuando EE UU estornuda, el resto se resfría" y que refleja la nueva realidad global, en la que, en términos comerciales, su economía es la segunda potencia entre la zona euro y China. Pero controla dos terceras partes del dinero que se mueve en los mercados de acciones y bonos. Y eso es lo que fija los precios de los activos a escala global.
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