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Análisis:ANÁLISIS
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Un gurú contracultural

Los años sesenta alumbraron las mayores revoluciones que ha vivido el mundo del cómic. El paso definitivo al reconocimiento del autor, a un cómic de vocación adulta, se gestó en paralelo tanto en Europa como en los Estados Unidos en esa década. Aquí impulsado por la agitación cultural que se vivía en Francia y que encontró en el cómic un medio de expresión válido para la nueva intelectualidad. Allí, a través de un movimiento contracultural que tomó la historieta y la música como lenguajes rompedores y diferenciadores de la tradición industrial y sociocultural establecida.

El movimiento underground estadounidense demostró un atrevimiento sin precedentes, capaz de armar tanto una nueva forma de utilizar la historieta como un entramado de distribución que permitiera a esta nueva aproximación separarse de los caminos establecidos de la todopoderosa industria del libro de cómic de superhéroes. Con la mirada puesta en publicaciones como MAD o Humbug!, el underground consiguió agrupar a un colectivo de autores que romperían todos los esquemas y lanzarían un desafío tan provocador como radical a la sociedad estadounidense. La lista de nombres es inmensa, pero hay dos que destacan especialmente en su representatividad: Robert Crumb y Gilbert Shelton. Dos autores muy distintos, de trayectoria y personalidad dispar, compañeros en la fundamental Zap Comix para convertirse después en los ejemplos más famosos de este nuevo cómic. Frente a la genialidad omnipresente de Crumb, ideólogo visceral y motor esencial creativo de las publicaciones underground, el texano Gilbert Shelton se conformaba tanto en una especie de notario de ese convulso periodo como en discreto y necesario andamiaje del movimiento a través de la editorial que confundara, Rip Off Press.

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Los Freak Brothers de París

Si Crumb lanzaba en sus historietas reflexiones brutales sobre la íntima naturaleza del ser humano, Shelton convirtió a sus Fabulous Furry Freak Brothers en el retrato y crónica testimonial de toda una generación y una forma de entender la vida. Tres hippies cuya única preocupación es vivir cada día y que, a través de sus aventuras, dieron cumplida cuenta de una visión demoledora del idealizado american way of life. Aunque Shelton había creado antes personajes de cierta fama como la parodia superheroica Wonder Wart Hog o el pobre Philbert Desanex, Freewheelin' Franklin, Phineas T. Freakears y Fat Freddy (siempre acompañado de su gato) se convirtieron casi en el alter ego y principal producción de su autor, acompañándolo en un inquieto periplo personal que le llevó a vivir en Barcelona en los años de la Transición y a afincarse definitivamente en París, sin renunciar nunca a sus ideas y su forma de entender la historieta.

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