Elecciones milagrosas
Cuando el Gobierno aceptó sin reservas que la crisis española era mucho más grave y de otra naturaleza que la europea seguramente era ya demasiado tarde, pero el Gobierno optó por una medida acorde a su ideología: lanzó el Plan E para intentar rebajar el paro a costa de aumentar el déficit público. Sin duda, esto no fue suficiente. Los empresarios pidieron abaratar el despido, el BCE y la Unión Europea exigieron que redujera el déficit y el gasto, los "mercados" le exigen que ahonde en los recortes para dar estabilidad a la deuda... Zapatero, dejando a un lado su ideología y bajo la espada de Damocles de las agencias de calificación, impone recortes que no logran calmar a los mercados ni reducen el paro.
Para Mariano Rajoy la solución es sencilla: elecciones. ¿Y después, qué? Pues echar la culpa a otro, como en Castilla-La Mancha, y proceder a efectuar los recortes antes criticados y ahora presentados como inevitables.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.