Un desaire a Putin empaña la cumbre entre Merkel y Medvédev
El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, llegó ayer a Hanover para participar en una reunión bilateral con el Gobierno alemán. Además de una docena de acuerdos comerciales y políticos, la agenda de su visita incluye varios asuntos espinosos entre los Ejecutivos alemán y ruso.
La visita se celebra cuando aún colea la polémica sobre la retirada del Premio Quadriga (que distingue a dirigentes renovadores de la vida política, social y cultural) al primer ministro ruso, Vladímir Putin. El mandatario iba a recibir dicha distinción el próximo día 3 de octubre, pero la ola de críticas llevó a la organización independiente que concede el premio, con sede en Alemania, a cancelar su entrega.
Es improbable que el asunto del premio saliera a colación en la cena que Medvédev compartió ayer con Merkel. Hoy, nueve ministros federales de Alemania se reunirán con sus homólogos rusos para concretar los acuerdos que firmarán esta tarde.
Ambos Gobiernos hablarán de la crisis siria, para la que Berlín propone una resolución de Naciones Unidas, cuyo Consejo de Seguridad preside temporalmente Alemania. Rusia y China, a diferencia de Alemania, son miembros permanentes con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, y se oponen a que aumente la presión sobre el régimen de Damasco.
Derechos humanos
Medvédev y Merkel también tratarán las sanciones a Irán y la situación en Bielorrusia, donde Alexander Lukashenko está reprimiendo duramente los conatos de protesta contra su régimen autoritario. Según destacó el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, ambos Ejecutivos tratarán también la situación de los derechos humanos y las libertades civiles en la Rusia de Putin.
Las deficiencias en este campo provocaron la retirada del Premio Quadriga a Putin. En cuanto se supo de su nominación, se desató un debate público sobre la figura del expresidente ruso y la situación de los derechos humanos en su país.
El premio, antes poco conocido, está en boca de todos. Al menos dos de los anteriores galardonados (son cuatro o cinco anuales desde 2003), el expresidente checo Václav Hável y el artista danés Olafur Eliasson, amenazaron con devolver sus respectivos galardones si Putin recibía el premio. Al final, la asociación que entrega el Quadriga decidió cancelar los premios de este año.
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