"No contamos con que la Coral se profesionalice"
El próximo 3 de agosto se cumplirán 125 años de la constitución de la Sociedad Coral de Bilbao. Su presidente, Cecilio Gerrikabetia, defiende que el futuro pasa por encontrar alicientes artísticos para los coralistas.
Pregunta. ¿Cómo se llega a cumplir 125 años?
Respuesta. En 1886 había en Bilbao unas inquietudes culturales y musicales terribles. Se formó un coro masculino; nuestros antecesores se abrieron en 1905 al coro mixto. Estaba de moda asistir a concursos, a Bayona, a Marsella, a Barcelona. Y arrasaban.
P. ¿Qué queda del espíritu fundacional?
R. Siempre ha habido ilusión. Cuando pasó la furia de los concursos, nació la furia de la lírica. La Coral encargó a dos músicos jovencísimos, Usandizaga y Guridi, la composición de óperas, Mendi median y Mirentxu. La moda era hacer ópera vasca. También pasó y la Coral se fue especializando en el repertorio sinfónico-coral. Quedan recuerdos, muchos recuerdos de gentes que dinamizaron el coro y estimularon a los coralistas con participación en festivales. Actualmente es más difícil captar coralistas, tenemos la competencia de otras actividades.
"El aplauso es un pago que engorda la autoestima"
P. Entonces ¿de qué depende ahora el crecimiento de la Coral?
R. Fundamentalmente, de ilusión. Los gestores deben transmitirla al coro y tener habilidad para recaudar fondos y convencer a las instituciones para que apoyen a la Coral.
P. ¿Las voces son lo más importante?
R. Son la materia prima, los grandes protagonistas, por supuesto. La vida de hoy hace difícil que los jóvenes puedan dedicar su tiempo libre al canto, a los ensayos y a las giras.
P. ¿Y qué les aporta el canto para superar esas dificultades?
R. El canto aporta la belleza intrínseca que tiene, y el gusto por la música. Cuanto más practicas, más disfrutas. El aplauso, es un pago que engorda la autoestima. Y también la posibilidad de viajar con la Coral y conocer otros directores.
P. Hablando de directores, después de la estabilidad con Gorka Sierra al frente, han entrado en otra fase de más movimiento en el puesto.
R. Gorka estuvo 20 años, tantos como Guridi. Fue una suerte ficharle. Después organizamos un concurso para contratar a un buen director y cogimos a uno tan bueno que solo nos duró ocho meses porque se fue para dirigir el Coro Nacional de España. Ahora con Julio Gergely estamos encantadísimos, los coralistas y los directivos.
P. ¿A dónde mira cuando quiere aprender de lo que hacen otros?
R. Al exterior y, sobre todo, recordamos los momentos buenos que tuvo la Coral. Estrenar tres óperas en una temporada es un derroche de habilidad, de dedicación, de talento. Eso nos anima a seguir y buscar otras opciones.
P. ¿Cuáles son?
R. Buscar más coralistas y encontrar alicientes artísticos para que estén a gusto.
P. ¿Pasa por la profesionalización?
R. Nosotros no contamos con eso. El día que se pretenda, se acaba la Coral. Las salidas son otras, como el taller que hemos organizado con el compositor Eric Whitacre para conmemorar el 125º aniversario. Eso son nuevos horizontes. Seguro de que alguno de los que asista, se quedará en la Coral.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.