_
_
_
_

El Consistorio recauda en medio año lo mismo que en todo 2009

Elena G. Sevillano

Un 50% más de solicitudes, terrazas que gracias a las setas calefactoras pasan de estacionales a permanentes... Más veladores en las calles equivalen a más recaudación para el Ayuntamiento de Madrid. Ya lo adelantó el concejal de Hacienda, Juan Bravo, en el mes de enero, durante la comisión del ramo. Entonces aún no sabía cuánto más podrían ingresar las arcas municipales, aunque el presupuesto para 2011 prevé una entrada de casi seis millones de euros. Con las cuentas de la primera mitad del año cerradas, el resultado es que en solo seis meses el Ayuntamiento recauda casi lo mismo que en todo el año 2009.

Que un hostelero instale mesas y sillas frente a su local, en la acera o en un parque, equivale a hacer una "utilización privativa o aprovechamiento especial del dominio público local", en terminología municipal. Y por ello debe pagar la tasa correspondiente. La ordenanza estipula diferentes precios en función del tipo de calle en el que se sitúe la terraza (las divide en nueve categorías y cuatro tramos, que oscilan entre los 11 y los 73 euros por metro cuadrado), de la superficie que le hayan autorizado y de si instala además toldos o sombrillas que supongan "un aprovechamiento del vuelo de la vía pública" (en este caso se incrementa un 20% el precio sobre el de la "ocupación ordinaria"). En el caso de terrazas situadas en parques o jardines cerrados, el cálculo de la tasa se hace por cada velador con cinco sillas que se instale (143 euros si es por todo el año o 95 por temporada).

Más información
Las aceras son de las terrazas

En lo que llevamos de año, y según datos de la Concejalía de Hacienda, el Ayuntamiento ha recaudado 5,1 millones de euros. En todo el año 2009 ingresó gracias la tasa que grava las terrazas 5,4 millones.

En Hacienda explican que en los últimos años, en paralelo al aumento de las terrazas en las calles, se ha incrementado el número de hosteleros que no pagan. Los hay que instalan los veladores sin autorización, los que se exceden en el número de mesas o los que colocan "elementos no autorizados". De ahí que la Agencia Tributaria madrileña empezara en 2007 una campaña especial de control.

A principios de cada temporada de verano, las inspecciones "se intensifican", explican en Hacienda. Así es como han podido "incrementar considerablemente el nivel de cumplimiento de las obligaciones tributarias". También admiten que la entrada en vigor de la Ley Antitabaco, que ha traído consigo un número aún mayor de terrazas, les va a exigir aún más medios para detectar qué hosteleros ocupan aceras o plazas y se escaquean de pagar por ello. El Consistorio, falto de dinero como está, no va a dejar pasar la oportunidad: "Cuando se liberalizan las actividades, hay que ser más escrupulosos en la inspección", aseguran desde el Ayuntamiento.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_