Palos de ciego
No encuentro a nadie que sepa decirme en qué quedó la crisis del pepino pero, pagarla, la pagamos nosotros. Justo lo mismo que pasa si uno pregunta los orígenes de la crisis; hay mil versiones y claro, sin saber el origen ¿cómo podemos saber la solución? Por lo visto toma ventaja la solución de repartir mandobles a los funcionarios, esos privilegiados; le sigue de cerca el despido libre de esos trabajadores que tienen la manía de cobrar a fin de mes y, ya muy lejos, estaría lo de acabar con los paraísos fiscales. De subir impuestos al capital ni hablar: ¿cómo van a perder los más adinerados poder adquisitivo? Alemania y su banca no han conseguido más que hundir a Grecia en tiempo récord aplicando las mismas recetas que nos quieren aplicar al resto de países: palos de ciego. Yo tengo otra solución: condonar la deuda y que pierdan los especuladores. O pierden ellos o perdemos nosotros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.