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La Caixa señala su salida a Bolsa como el primer hito de la reforma financiera

CaixaBank arranca con una caída del 1,1%, pero con mejora de su calificación

Lluís Pellicer

A mediodía de ayer la campana de las Bolsas de Madrid y Barcelona sonó como bienvenida al parqué de la primera de las tres cajas de ahorros españolas que se espera que empiecen a cotizar a lo largo de este mes. Los mercados se despidieron ayer de Criteria, el hasta ahora brazo inversor de La Caixa, y recibieron a CaixaBank, el banco al que ha traspasado su negocio financiero, con subidas durante la mañana que superaron el 2%, pero que a lo largo del día se fueron desdibujando para cerrar con un descenso del 1,1%. Aun así, la jornada se vivió como un hito por los directivos de la entidad, que vieron en la salida a Bolsa también una primera pica en el proceso de reestructuración financiera española. Y es que fuentes del mercado explicaron que los inversores ya han tenido tiempo para adelantarse y posicionarse en la nueva CaixaBank a través de Criteria, que nunca ha dejado de cotizar.

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El presidente de La Caixa y CaixaBank, Isidro Fainé, aseguró que "el campanazo" con el que se estrenó el banco de la entidad catalana, junto a los que sonarán por la cotización de Bankia y Banca Cívica, deberían tener "un sentido de cambio de rumbo". "No tan solo para las empresas que cotizan en Bolsa, también para toda la economía española y para todos los ciudadanos", afirmó Fainé. Sin embargo, la capitalización bursátil de la caja, de casi 18.000 millones de euros, duplica la prevista para Bankia, que rondará los 8.000 millones contando con los 4.000 que capte a través de una ampliación de capital.

Si por la mañana los inversores aplaudían la transformación de Criteria en un banco, las agencias de calificación también premiaban la operación. Moody's elevó tres niveles el rating de CaixaBank, desde A2 hasta Aa2, mientras que rebajaba el de La Caixa, que controlará el 81,1% de las participaciones del banco, de Aa2 a A1. La agencia destacó que el perfil de crédito de la nueva entidad es comparable con el de la antigua, aunque reconoce la mejora del capital básico de la caja, que será uno de los más elevados de España al alcanzar el 11% al cierre del primer semestre, gracias sobre todo a la emisión de bonos convertibles por valor de 1.500 millones que ha realizado.

El nuevo banco nace, además, sin los activos inmobiliarios, traspasados al nuevo holding de participaciones industriales, y la deuda neta a largo plazo de 8.600 millones de euros. S&P elevó en un escalón el rating de CaixaBank, desde A hasta A+, mientras que Fitch mantuvo su A+.

El vicepresidente y consejero delegado de CaixaBanc, Juan María Nin, coincidió en Barcelona con Fainé en destacar que la cotización del banco de La Caixa supone el primer paso "de la reestructuración y estabilización del sistema financiero", puesto que solo la entidad catalana ya supone el 10% del negocio bancario español. "Es un cambio que no se ha dado en otros países y quizás fuera bueno que se hiciese", remachó Nin. Las salidas a Bolsa de Bankia y Banca Cívica y las inyecciones de dinero público que recibirán varias cajas, según Nin, permitirán que en septiembre el sistema de cajas y bancos esté "estabilizado" para reactivar la concesión del crédito, sobre todo para "familias y pymes".

El amplio control que tiene La Caixa sobre su negocio financiero da a la entidad un amplio margen para adquirir otras entidades o dar entrada a nuevos inversores. De momento, su primer inversor individual es el magnate mexicano Carlos Slim, que posee el 0,18% de las acciones de la entidad, aunque fuentes del mercado afirman que esta participación podría escalar hasta el 1%.

Isidro Fainé, presidente de La Caixa, ayer en el acto de presentación de la salida a Bolsa de CaixaBank en Madrid.
Isidro Fainé, presidente de La Caixa, ayer en el acto de presentación de la salida a Bolsa de CaixaBank en Madrid.GORKA LEJARCEGI

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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