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La UE aprueba el sistema de patentes que deja fuera a España

La patente comunitaria, llamada a hacer más competitiva a la economía europea al reducir costes burocráticos, enfila desde ayer la recta final de un complicado recorrido que ha durado décadas. Se prevé que el proyecto será realidad en 2013, aunque se acerca hacia su final entre recriminaciones y divisiones. España e Italia, que se han opuesto al plan porque supedita sus respectivas lenguas al alemán, al francés y al inglés, van a seguir dando la batalla en los tribunales. Para España, la fase final de procedimiento "ha sido un ejercicio de hipocresía y cinismo", según el embajador permanente adjunto de España ante la UE, José Pascual Marco.

Los ministros de Industria de la UE dieron ayer en Luxemburgo el visto bueno definitivo al proyecto de crear un régimen común de patentes para toda la UE que debería recortar los actuales 32.000 euros que cuesta conseguir una patente en los Veintisiete (23.000 solo para traducciones) hasta 2.500 euros para los 25 países que participan en el proyecto (todos, menos España e Italia) y a 680 euros al final de un periodo transitorio previsto de 12 años. En Estados Unidos, una patente viene a suponer unos 1.850 euros.

Hoy, una patente solo ofrece protección en el país en que se solicita y con el nuevo procedimiento quedará automáticamente reconocido en los 25 países que ayer aprobaron el plan. El acuerdo establece que podrán ser presentadas en la Oficina Europea de Patentes (radicada en Múnich) en cualquier lengua y que allí será examinada (previa traducción al alemán, francés o inglés) y validada en una esas tres lenguas.

Primacía del inglés

Reconociendo la primacía del inglés, el nuevo régimen establece que durante un periodo transitorio de hasta 12 años las patentes concedidas en alemán o francés serán traducidas al inglés y que las otorgadas en inglés serán traducidas a cualquier otra lengua oficial de la Unión. Ahí es donde se caen el español y el italiano, que como mucho podrían aspirar a una presencia interina durante 12 años, antes de que alemán, francés e inglés sean las lenguas canónicas de la patente unitaria.

España e Italia tienen ya recurrido ante el Tribunal de Luxemburgo el sistema por el que se ha tomado la decisión, por considerar que se ha abusado del principio constitucional de la cooperación reforzada, y prometen nuevos recursos.

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