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Los acampados de Sol comienzan en Rivas su itinerario por las plazas de la región

"Los que siguen en el kilómetro cero no son 15-M", aseguran los promotores

La plaza de la Constitución de Rivas-Vaciamadrid es desde ayer la nueva Puerta del Sol. Los indignados del kilómetro cero de Madrid se trasladaron a este municipio del sureste. Es la primera parada de la acampada itinerante que tiene previsto instalarse de forma temporal en diferentes barrios y localidades de la región.

A las once de la mañana, un par de jóvenes recogían las tiendas y preparaban la mudanza: "Estamos limpiando todo mientras esperamos a que lleguen las furgonetas", explicaban. Seis horas más tarde, un camión entraba en Rivas y cinco jóvenes descargaban cajas, palés, plásticos, tiendas y hasta extintores.

Aunque en la Puerta del Sol todavía queda una decena de personas que piensa permanecer allí a toda costa, la veintena de miembros de la comisión de acampada itinerante recalca: "Quien se quede a partir de ahora lo hace bajo su responsabilidad. Los que siguen en Sol no son 15-M". Aseguran, además, que el asentamiento móvil se sustenta en dos reglas básicas: pacifismo y no consumo de alcohol ni de drogas.

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Uno de los portavoces de la nueva etapa del campamento argumenta que se optó por Rivas por el "énfasis" en la invitación de la asamblea popular del municipio. Vallecas también se barajó como primer destino de esta experiencia piloto, pero finalmente decidieron "no ser los primeros, sino ver cómo funcionaba en otro sitio antes", indicó uno de los jóvenes que anoche durmió en Rivas.

Por el momento, la plaza de la Constitución (rodeada por una galería comercial y diversos equipamientos municipales) ha acogido a la expedición de indignados con hospitalidad pero también con indiferencia. Los propietarios de los establecimientos del centro comercial cercano respaldan la protesta. "No me importa que me perjudique si consiguen alguna de sus reivindicaciones", decía la dueña de una tienda de golosinas. Patrullas de la Policía Local y de la Guardia Civil ojeaban el recién instalado campamento sin bajar del coche.

En la asamblea general en la que se decidió levantar el campamento de Sol el 12 de junio, los partidarios de continuar acordaron trabajar en una acampada que recorriera distintos puntos de la región. Cada semana, una plaza, para mantener vivo el símbolo del movimiento. La duración del asentamiento, matizan, puede ser de una semana o de 15 días. "Tenemos que acordarlo con la asamblea de la localidad". Una reunión que no tendrá lugar hasta mañana o el jueves, aunque anoche ya hubo cena conjunta.

Algunos representantes de las comisiones de Información o Artes se sumarán a la acampada a lo largo de la semana. El texto de consenso insiste en que la acampada responde a la reunión libre y en la desvinculación con todo partido. Las mismas premisas sobre las que se sustentó el campamento de Sol.

CARLOS ROSILLO

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