La OTAN lanza su mayor ataque sobre Trípoli
La OTAN intensificó ayer sus ataques sobre Trípoli, especialmente sobre Bab el Aziziya, cuartel general y residencia del coronel Muamar el Gadafi. Más de 60 proyectiles de los aviones de la Alianza cayeron sobre la ciudad, la mayoría de ellos en las cercanías del palacio. Según el Gobierno libio, las bombas mataron a 29 personas. Fuentes oficiales citadas por el diario The New York Times hablan, sin embargo, de 10 o 15 muertos en el ataque, aunque "no hay manera de verificar el número".
Testigos citados por Reuters aseguran que ha sido uno de los días más intensos de ataques aéreos sobre la capital desde que la coalición internacional comenzara sus operaciones en marzo.
Los ataques de la OTAN en la capital libia se han multiplicado en los últimos días y el complejo de Bab el Aziziya ha sido bombardeado ya en varias ocasiones desde el inicio de las operaciones aliadas. El de ayer representa un nuevo ataque a la luz del día en la capital libia, después del efectuado el lunes pasado en varias zonas de la ciudad.
En los primeros meses de su operación en Libia, los aviones de la OTAN realizaban sus ataques casi exclusivamente tras caer el sol, pero en los últimos días han intensificado las operaciones diurnas.
Los bombardeos hicieron salir de su escondite a Muamar el Gadafi para decir que no se rendirá. En un mensaje de audio emitido por televisión, reiteró que permanecerá en Trípoli "vivo o muerto" y advirtió que no se rendirá porque "la muerte es un millón de veces mejor".
Nueva deserción
Por otro lado, el enviado de Rusia, Mijail Margelov, se entrevistó ayer en Bengasi, la capital rebelde, con el líder del Consejo Nacional de Transición libio, Mustafá Abdul Jalil, con el responsable militar de los rebeldes, Omar al Hariri, y con su responsable de Exteriores, Mahmud Jibril. En declaraciones recogidas por Reuters, el enviado especial del presidente ruso, Dmitri Medvédev, explicó que lo que busca Moscú es tender puentes y que su país no ha cortado relaciones con Trípoli.
Cada día que pasa, sin embargo, el régimen del coronel Gadafi pierde más apoyos. Ayer sufrió un nuevo golpe con la deserción del ministro de Trabajo, Alami Manfor. El ministro libio aprovechó la Conferencia Internacional del Trabajo, en Ginebra, para abandonar el Gobierno.
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