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Las alianzas poselectorales

Rebelión en CiU para que no gobierne el PSC en Tarragona

CiU de Tarragona no está dispuesta a que la cúpula de la federación se lleve por delante sus esperanzas de gobernar en la ciudad. CiU tenía sobre la mesa un pacto con el PP para desbancar a la lista más votada, la del Partit dels Socialistes (PSC); pero el lunes, la ejecutiva nacional de Convergència lo dejó claro: la federación respetaría la candidatura ganadora como norma general en todos los municipios, lo que daba la alcaldía de Tarragona al PSC.

Los socialistas obtuvieron 12 ediles, pero la mayoría absoluta la alcanzan CiU y PP sumando los siete concejales que lograron cada uno. Tras cuatro años de gobierno socialista, los dos partidos ya tenían el pacto prácticamente cerrado: dos años de alcaldía para CiU, dos para el PP. El lunes, el secretario general adjunto de Convergència, Oriol Pujol, fue tajante cerrando la puerta a este acuerdo. "De ninguna manera".

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La candidata de CiU en Tarragona, Victòria Forns, se rebeló contra la cúpula tras ver esfumadas sus posibilidades de liderar la ciudad. "Todo está abierto, estamos negociando y aspiro a ser alcaldesa", desveló ayer Forns, lanzando un claro órdago a los dirigentes nacionalistas. "En Tarragona no hay nada decidido, se decidirá en clave local", recalcó la candidata, que aseguró contar con el líder del partido, Artur Mas. El presidente de la Generalitat y Forns se reunieron la semana pasada en el Parlamento autónomo.

El PP local presionó a CiU para que respetara las negociaciones en marcha. La formación dejó claro que las conversaciones seguían y daban por hecha la alcaldía compartida. De confirmarse el pacto, Alejandro Fernández sería el primer alcalde del PP en una capital de provincia catalana.

Los máximos dirigentes de CiU, sin embargo, intentaban frenar ayer la rebelión de la sección local de Tarragona. Pujol, junto al jefe de campaña, Lluís Corominas, se desplazó hasta Tarragona para reunirse con Forns y el resto de la ejecutiva local para cerrar la polémica y tomar la decisión definitiva. Anoche todavía no había acabado el encuentro.

Pese a la contundencia con la que se refirió a Tarragona, Pujol apuntó el lunes que podía haber "excepciones" en el respeto a la lista más votada. Este principio sirvió a CiU para justificar un acuerdo en Badalona con el PP, que practica en esa ciudad un discurso xenófobo. Los nacionalistas necesitaban cerrar este pacto para contar con el PP en otras ciudades y en la Diputación de Barcelona.

Argumentada la polémica en Badalona con el principio de respetar la lista más votada, los nacionalistas tienen ahora dos opciones en Tarragona: seguir con su intención y respetar a los socialistas o recuperar la alcaldía a costa de saltarse sus principios.

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