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Columna
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Mercado libre, ciudadanos presos

Un mercado libre es una suma de ciudadanos presos, y no hay mejor manera de demostrarlo que partir por la mitad la palabra hipoteca y ver lo que esconde dentro: una droga alucinógena que nos hace ver visiones mientras nos pinta de negro la sangre.

Así funcionaba ese negocio sucio al que llaman sistema: los bancos sobrevaloraban hasta el infinito las casas que queríamos comprar; nos hacían un préstamo que en realidad era un secuestro, porque en cuanto ponías tu firma en la escritura dejabas de ser su cliente para convertirte en su prisionero; y como su voracidad no tiene límite, a partir de ese instante caían sobre ti todos los actos de usura que ayer denunció, al presentarse en sociedad, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid: comisiones abusivas; exigencias despóticas como la de obligarnos a contratar a precio de oro seguros innecesarios; intereses variables que le echaran gasolina al fuego del euríbor añadiéndole unos diferenciales desorbitados; comisiones de apertura y cancelación arbitrarias e injustificables; publicidad engañosa y una larga serie de irregularidades cuyo único fin era timarnos, cosa que hacían y siguen haciendo con la más absoluta impunidad, porque el poder no está al servicio de la ley, sino en manos del dinero, y por desgracia este mundo cada vez funciona más de ese modo: cuando tus zapatos cuestan mil euros nadie te para los pies. ¿Cómo es posible que algo pueda ser al mismo tiempo legal y abusivo, despótico, innecesario, desorbitado, arbitrario, injustificable, engañoso e irregular? La respuesta a esa pregunta es la crisis en la que estamos metidos hasta el cuello.

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid busca parar el "fraude hipotecario"

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid tiene como fin parar el "fraude hipotecario" y defender el "derecho a la vivienda" de los ciudadanos, que está ordenado por la misma Constitución que tanto defienden y sobre la que juran sus cargos los mismos que en estas cosas se la pasan de largo.

Entre los proyectos de esta organización está el de exigir que las personas que no tengan medios para afrontar el pago de su deuda con el banco la puedan saldar entregándole las llaves de su piso, en lugar de perderlo cuando se lo embargan y, además, verse obligados a seguir pagando las letras, lo cual es tan demencial que no puede creerse que lo defienda nadie que no tenga las manos manchadas de dinero sucio. Y también pretenden los valerosos voluntarios de esta asociación impedir los vergonzosos desahucios de las personas a las que esos desalmados echan de sus casas aunque estén en paro, aunque estén enfermos, aunque no tengan ningún otro sitio donde ir. ¿Pero qué mundo siniestro es este? ¿Y todavía protestan porque los jóvenes que quieren mejorarlo acampen en la Puerta del Sol y en el resto de las plazas del país?

Juan Urbano y yo pensamos ir a evitar el desahucio que quiere parar la Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Madrid el 15 de junio, en algún lugar de nuestra Comunidad. Que los bancos, que son empresas multimillonarias que ganan cientos de miles de euros cada día, se esperen a que la gente honrada les pueda pagar, y que se bajen las cuotas, y que se les prohíba seguir poniéndonos boca abajo, y que alguien, además de discutir sobre Bildu, haga algo que de verdad nos importe. Si no, tendremos que hacerlo nosotros, porque hay que salir de esta pesadilla y hacer real ya esta democracia que vosotros ejercéis por el método de elegiros unos a otros a dedo. Hay que detener el mercado para que los ciudadanos queden en libertad.

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