_
_
_
_
_
Vida & Artes

"Más cabezonada que sentido común"

Las enfermeras que han ganado el pleito mantienen la falda hasta que cambie el reglamento

Las enfermeras de la clínica San Rafael de Cádiz, propiedad de la empresa José Manuel Pascual S.A., seguían el viernes con falda, cofia y delantal. A pesar de que el Tribunal Supremo ya les ha dicho que no tienen obligación de llevar este uniforme, ninguna de ellas se atreve todavía a cambiarlo por el pijama sanitario hasta que la compañía, en virtud de esta sentencia, cambie la normativa de vestuario del centro. Nadie sabe cuándo será. El centro sanitario, concertado con la Junta de Andalucía, tiene 20 días para recurrir ante el Constitucional este fallo judicial. Mientras, el colectivo denunciante celebra su victoria. "Se demuestra que esto ha sido más una cabezonada de nuestro jefe que una medida de sentido común", resuelve Adela Sastre, ex presidenta del comité de empresa y líder de la protesta de las enfermeras iniciada en 2008.

El alto tribunal andaluz no vio discriminación en el atuendo

Adela Sastre revivió el viernes el revuelo de hace tres años, cuando su denuncia contra la clínica que le imponía vestuario y le amenazaba con ser expedientada por llevar pantalón la convirtió en centro de atención de los medios de comunicación de toda España. Durante toda la jornada tuvo que atender decenas de llamadas telefónicas y concedió numerosas entrevistas.

Muchas cosas han cambiado desde que presentaron la denuncia. Sastre ya no es presidenta del comité de empresa, solo es una afiliada más de CC OO Las elecciones las ganó después UGT, un sindicato que, por cierto, siempre se opuso a la demanda de estas enfermeras y se alineó con la postura de la dirección. "Han sido meses muy duros. Nos hemos sentido represaliadas, amenazadas y, sobre todo, muy solas, porque no todas las compañeras nos han apoyado", afirma.

Sastre inició en 2008, con el apoyo de CC OO, la lucha contra la normativa de vestimenta de la clínica San Rafael que obliga a las enfermeras a llevar falda, cofia y delantal. Sus compañeros masculinos y las trabajadoras de quirófano pueden llevar un pijama sanitario que las denunciantes consideran más cómodo. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía dio la razón a la empresa y no observó "discriminación" en esta normativa. De hecho, defendió el derecho de una compañía a imponer su propio uniforme. "Fue un palo muy duro pero siempre pensamos que terminarían dándonos la razón. Si no lo conseguíamos nosotras, creíamos que nuestra lucha serviría, al menos, para las que vinieran detrás".

No han tenido que esperar tanto. El Supremo les ha dado la razón. Sí cree "discriminatorio", "no objetivo" y "propio de otros tiempos" el imponer faldas a unas trabajadoras por ser mujer. "Es que es de sentido común que podamos vestirnos como los demás compañeros", insiste Sastre. Su sindicato, CC OO, lo ha celebrado como una gran victoria y se muestra especialmente interesado en que la aplicación de la sentencia sea inmediata. "Ahora seremos exigentes con su cumplimiento y, si no se cumple, instaremos a la Consejería de Salud a buscar alternativas para ello", ha asegurado el secretario del sindicato en Andalucía, Francisco Carbonero. "No es de recibo que una empresa que se gestiona también con dinero público pueda seguir imponiendo prácticas de personal discriminatorias en materia de género". También la directora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer, Dolores Virués, saludó la sentencia. "Nos hemos levantado con una sentencia que aborda un debate que ya deberíamos tener superado desde hace muchos años porque no se pueden seguir marcando diferencias entre hombres y mujeres en pleno siglo XXI".

La empresa sanitaria, representada por el abogado Martín José García, evitó el viernes pronunciarse sobre el contenido de la sentencia hasta estudiarla a fondo. El letrado considera que existen razones para recurrir el caso al Constitucional y resalta que el Supremo no ha considerado, como recogía la demanda, que se haya atentado contra la dignidad de estas trabajadoras. De hecho, el texto del fallo establece que la falda del uniforme "tiene dimensiones normales". Pero Adela Sastre y el resto de sus compañeras seguían luciendo falda, cofia y delantal este viernes. Todavía no se atreven a cambiar su uniforme.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_