Bruselas descarta un cierre total del espacio aéreo europeo
Eurocontrol vaticina que el impacto de la nube en los vuelos será escaso
Aprendidas las lecciones del año pasado -cuando una reacción de pánico sin fundamento científico sólido cerró durante casi una semana los aeropuertos de Europa, con millonarios trastornos personales y económicos- la Comisión Europea, de acuerdo con el sector aeronáutico y los Gobiernos, opta ahora por la mesura y el gradualismo.
"Respetando el imperativo de la seguridad, podemos decir que no hay una solución que sirva para todo", reconoció ayer Siim Kallas, vicepresidente de la Comisión responsable de Transporte. "No va a haber un cierre total del espacio aéreo". Eurocontrol, la agencia que gestiona los vuelos en Europa, asintió: "En los próximos días el impacto en los vuelos va a ser relativamente bajo".
España cancela 26 vuelos con Reino Unido de los 704 previstos
La UE creó en 2010 un grupo especial para actuar en casos como este
Durante la crisis de abril de 2010, las autoridades europeas, nacionales y las propias compañías aéreas carecían de la información necesaria para evaluar el riesgo que suponía volar con una nube de cenizas volcánicas como las del Eyjafjalla. Europa se descubrió inerme, indefensa, sin modelos probados que seguir y sin protocolos de actuación. Cuando Reino Unido cerró por primera vez su espacio aéreo, desencadenó una reacción en cadena con descomunales costes. De eso se huye ahora.
"Hemos aprendido la lección", reconoce Kallas. Este año "el volcán es diferente, la ceniza es diferente, el clima es diferente, la respuesta europea es diferente". En resumen, que en esta ocasión, con el Grimsvötn, "no va a haber un cierre total del espacio aéreo", aunque, pronostica, por delante se presente "una semana muy problemática para los pasajeros".
La gravísima incidencia del año pasado llevó a la creación de una Célula de Coordinación de Crisis de la Aviación Europea (EACCC, en sus siglas inglesas) presidida por la Comisión y por Eurocontrol, en la que participan Gobiernos y los sectores interesados, en particular las compañías aéreas, para evaluar anormalidades. Esa célula, en la que, según una fuente de Eurocontrol, las compañías aéreas tienen mucha voz, emite recomendaciones. "Las autoridades pueden cerrar el espacio aéreo si el riesgo es alto", señala el comisario. "No prevemos que vayan a tomar pronto esa decisión".
Eurocontrol ha fijado tres niveles de densidad de la ceniza volcánica (bajo, medio y alto) cuyos efectos sobre los motores de los aviones, y el correspondiente riesgo, corresponde evaluar a las compañías aéreas. Ayer se suspendieron unos 500 vuelos en el norte de Reino Unido de los 29.000 previstos en Europa, según Eurocontrol. "Sin embargo, dados los nuevos protocolos vigentes y el previsible movimiento de las cenizas en los próximos días es de esperar que el impacto sobre los vuelos sea relativamente bajo", señala el organismo en un comunicado. Preguntada sobre qué cabe esperar en España, la portavoz Lucia Pasquini responde: "Es difícil predecir, pero no parece que vaya a pasar nada".
Hasta las siete de la tarde de ayer se cancelaron en España 26 vuelos con Reino Unido (14 de salida y 12 de llegada) de los 704 previstos, según los últimos datos proporcionados por AENA, informa Jesús Eijo. No se produjo ninguna cancelación en Irlanda y los trayectos anulados se concentraron principalmente en Escocia (16 en Glasgow y seis en Edimburgo), si bien también los hubo en Inglaterra (dos en Newcastle y uno en la sureña ciudad de Southampton).
La actividad volcánica se sintió igualmente en los mercados bursátiles, donde los inversores temen un efecto de pérdidas económicas similar al que se produjo el año pasado con el Eyjafjalla. IAG (resultado de la fusión entre Iberia y British Airways) terminó cayendo el 2,19% en el Ibex, mientras que la alemana Lufthansa se dejaba el 1,46%.
Más información en la página 54
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