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Profesores de la UB ocupan el rectorado contra los recortes

Los enseñantes asociados rechazan cobrar 12 euros por hora y se unen a las protestas de los estudiantes

Las movilizaciones contra los recortes en la universidad pública ya involucran a los profesores asociados: esta categoría de docentes, a los que la Universidad de Barcelona (UB) pretende pagar 12 euros la hora a partir del próximo curso, organizó ayer una concentración para ocupar el rectorado de la universidad. El encierro, en el que unas 200 personas -entre profesores asociados, profesores y alumnos- tomaron el edificio de la universidad durante más de cuatro horas, forzó la suspensión del consejo de Gobierno que debía celebrar la UB y desencadenó una secuencia de reuniones improvisadas entre los afectados y el rector, Didac Ramírez.

Ramírez, que pasó más de dos horas atendiendo a representantes estudiantiles y de los profesores, admitió que la propuesta condena a la precariedad a los docentes, pero no aportó soluciones. Representantes de los profesores asociados se reunirán hoy con la dirección de la UB para abordar el problema, señalaron fuentes de la universidad. Profesores y alumnos, por su parte, preparan nuevas concentraciones conjuntas para este jueves.

Los estudiantes, que llevan semanas protestando contra el aumento de las matrículas para el próximo curso y para mantener el derecho a la segunda convocatoria, han dado con unos aliados inéditos para las próximas movilizaciones. Sobre el papel, la figura del profesor asociado engloba a expertos profesionales en su campo que colaboran eventualmente con la universidad, además de liderar investigaciones vinculadas a su ámbito laboral; en la práctica, son precarios aspirantes a catedráticos que cubren los huecos estructurales que deberían ocupar profesores mejor pagados. Así lo denuncian los profesores afectados, unos 1.950 de los 5.000 de la UB, según datos de la propia universidad.

"La figura del profesor asociado se ha pervertido. Los recortes son para todos, así que ahora protestaremos con los alumnos", avisó Inés García, de 34 años, profesora asociada que percibe unos 500 euros por impartir tres asignaturas, cubre tres cuartas partes del trabajo que realiza un profesor contratado y cotiza solo el 50%. "Si aceptamos que nos paguen por horas lectivas, cobraremos cerca de la mitad, unos 250 euros al mes. Pero también realizamos investigaciones que computan en las clasificaciones que determinan la productividad de la UB. Y ni nos las pagan ni nos las reconocen", lamentó.

El recorte salarial anunciado para el próximo curso sitúa la nómina de estos docentes en un nivel similar al de un empleado del hogar. "Por dar clases en una academia de inglés me pagan 38 euros la hora. Es intolerable este nivel de precariedad", ilustró una profesora asociada de inglés de 40 años que pidió que no se revele su nombre por temor a perder el empleo. "Algún día me gustaría ser catedrática", justificó.

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