A la vejez, inversiones

Los datos no dejan lugar a dudas. En 2020, casi una cuarta parte de los ciudadanos vascos -más de medio millón de personas- habrán superado la barrera de los 65 años, un 20% más que en la actualidad, según el último informe elaborado por el Consejo Económico y Social (CES) con datos del Eustat. Esta realidad, que supone todo un reto, presenta un evidente lado negativo, pero también puede convertirse en una oportunidad económica relevante. Así, por ejemplo, la corporación tecnológica Tecnalia quiere abordar lo que llama la economía del envejecimiento, consciente de la oportunidad de diversificación para múltiples sectores que ofrece la combinación de una baja tasa de natalidad y el incremento de la esperanza de vida.

La entidad trabaja, entre otros planes, en un dispositivo de detección de caídas

Tecnalia comenzó a investigar en este mercado hace ya siete años

Bajo el título Envejecimiento saludable: Oportunidad para una nueva economía, Tecnalia compartió ayer en el marco de las jornadas Inspiring Day, organizadas por la propia corporación en el Palacio Euskalduna, las claves para identificar y actuar en este campo, así como sus diversas condiciones. "La economía no había prestado atención a este segmento del mercado, que tenía por marginal y que en el futuro será importante", señala José Miguel Azkoitia, director de la Unidad de Calidad de Vida de la División Salud de Tecnalia.

Al acto acudieron, entre otros, José Asua, director de Gestión del Conocimiento y Evaluación de Sanidad; el gerontólogo del Instituto Matía Javier Yanguas y Eduardo Anitua, el director del Biotechnology Institute de Vitoria

Existen varios sectores a desarrollar dentro de este campo y en los que el negocio está llamado a fructificar. El primero es el de la salud, al que le siguen los servicios financieros y socioasistenciales, los seguros, la alimentación, la construcción y la tecnología.

Tecnalia comenzó a trabajar en este mercado ya en el año 2004, pero supuso un abordaje que "no se entiende en solitario", según sus responsables. Por eso, la corporación vasca ha ido de la mano del Instituto Gerontológico Matía (Ingema) a la hora de "regenerar un tejido económico envejecido". "La investigación transversal es importante", resalta Azkoitia, quien asegura que en toda Euskadi y más concretamente en Guipúzcoa, existe "una especial sensibilidad" hacia el envejecimiento en el trabajo de las instituciones públicas.

Tecnalia desarrolla decenas de proyectos relacionados con la mejora de la calidad de vida de los mayores, aunque todavía ninguno se encuentra a la venta. Uno de ellos es un dispositivo de detección automática de caídas, que el usuario puede llevar colgado, por ejemplo, en el pantalón. En caso de producirse un percance, el dispositivo llama automáticamente al centro de salud que se haya programado o a un móvil predeterminado.

Otro avance que lleva su sello es un material variable y ajustable que es capaz de volverse muy rígido y sustituir a un collarín o a una escayola. Su ventaja es que resulta más cómodo a la hora de realizar curas porque puede retirarse y recolocarse con mucha facilidad.

De cara a la rehabilitación, Tecnalia ha desarrollado un dispositivo para entrenar los brazos. En el campo de la alimentación, la entidad trabaja con recubrimientos que tienen propiedades antioxidantes y biocolorantes. También ha elaborado espumas que sirven para la regeneración ósea, implantes craneales y lentes como una alternativa artificial a la realización de trasplantes de córnea.

La teleasistencia más avanzada también es uno de sus principales retos. En el futuro será posible monitorizar la vida de los mayores en el hogar para descubeir precozmente, por ejemplo, el alzhéimer. De esta forma, se colocarían sensores de contacto en los cajones para ver cuántas veces los abre una persona, si come con regularidad y otras cuestiones que puedan revelar alteraciones del comportamiento.