Programa: ambigüedad
El Partido Popular elude pronunciarse sobre aspectos clave de la realidad española
El Partido Popular parece no tener otro programa que el de la ambigüedad. Instalándose en ella con una determinación que roza el absurdo, como la huida física de su líder, Mariano Rajoy, ante las preguntas que le obligarían a definirse, cuenta con llegar hasta las elecciones generales empujado por los buenos resultados que le auguran las encuestas. A menos de mes y medio para las municipales y autonómicas, y de un año para las generales, los dirigentes populares han dejado claro que tienen ganas de gobernar, pero aún no han explicado para qué. Confían, además, en que el debate sucesorio abierto en el Partido Socialista se acabe resolviendo a su favor. No porque se imponga uno u otro candidato, sino porque en el camino sean los socialistas en su conjunto quienes aparezcan divididos.
Ambigüedad es lo que el Partido Popular viene ofreciendo en materia económica, después de que el Gobierno haya emprendido las reformas exigidas para afrontar los problemas de la deuda. La insistencia en el adelanto electoral no parece tomar en consideración ni los intereses del país ni tampoco la experiencia que vive Portugal. La Comisión Europea cuenta con interrogar a los principales candidatos sobre los planes económicos en el caso de que llegaran al Gobierno. Es una pregunta que Mariano Rajoy, o no podría responder, o tendría que hacerlo desvelando las intenciones que, hasta ahora, ha mantenido rigurosamente ocultas ante los ciudadanos españoles.
También en materia de terrorismo el PP no ofrece más que ambigüedad. El hecho de que Rajoy evite pronunciarse sobre la política adoptada por el Gobierno no significa que callen otros dirigentes populares; es más, hablan para que Rajoy pueda seguir callando sin que, por ello, se sientan defraudados los sectores más radicales de su partido y de sus votantes. La manifestación convocada ayer por asociaciones de víctimas del terrorismo es un perfecto ejemplo de cómo actúa el PP. Rajoy ni confirmó ni desmintió su presencia hasta el último momento, mientras la secretaria general, María Dolores de Cospedal, anunció desde el primer momento su participación en la marcha, con otros destacados dirigentes y cuadros orgánicos del partido.
La aprobación de las listas para las elecciones municipales y autonómicas de la Comunidad Valenciana fue ambigua hasta hace dos días; ahora ya está confirmado que el Partido Popular tenía intención de faltar al respeto institucional y de vulnerar su propagandístico código ético, al incluir hasta 11 candidatos implicados judicialmente en casos de corrupción. La manera de actuar en este terreno puede ser considerado un indicio de cómo piensa hacerlo en los otros donde está evitando numantinamente pronunciarse. Si la apuesta del PP consiste en evitar la movilización de los electores que desconfían de él por su radicalismo, esconder el radicalismo detrás de la ambigüedad es una burla.
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