Madrid estrena río
El viernes abre sus puertas la última fase del megaproyecto de Gallardón
El 15 de abril. Esa es la fecha para que se abra al público el parque de la Arganzuela, el último tramo que queda para completar otro de los planes estrella del alcalde Alberto Ruiz-Gallardón. El soterramiento de la M-30, dos legislaturas, una deuda multimillonaria que los madrileños van a tener que pagar durante décadas e innumerables críticas de la oposición y asociaciones de vecinos, pero Gallardón tiene lo que tantas veces ha señalado: un proyecto que da un nuevo sentido a la ciudad, que vuelca su mirada hacia un río, el Manzanares, que ha sido objeto de chanza durante siglos por parte de locales y visitantes (ya Góngora hacía sangre con su caudal: "¿Cómo has menguado y has crecido? / ¿Cómo ayer te vi en pena y hoy en gloria? / Bebióme un asno ayer, y hoy me ha meado", decía el poeta en un soneto). Una transformación que, asegura Pilar Martínez, la concejal de Urbanismo, "vertebra la ciudad y la hace más sostenible".
En 2004 empezó la transformación de toda la zona con la construcción de los túneles de la M-30, que ha generado una polémica política, social (y judicial) como pocas. Las cifras del proyecto, como no podía ser menos con Gallardón (que, mal que le pese, será recordado como el alcalde faraón), marean. Una intervención a lo largo de casi ocho kilómetros, una superficie de 1.200.000 metros cuadrados justo en el centro de la ciudad, la rehabilitación o construcción de 32 puentes y pasarelas, más de 33.000 árboles plantados y 429 nuevas hectáreas de zonas verdes. Y mucho espacio para caminar, montar en bici, ir con los niños, hacer deporte, tomar el sol o darse algún remojón en verano.
Todo eso, a disposición de los madrileños a partir del viernes, poco más de un mes antes para las elecciones municipales y autonómicas. Un reclamo electoral de envergadura que el PP no quiere desperdiciar, y del que el PSOE no se olvida. El candidato socialista a la alcaldía, Jaime Lissavetzky, ha reiterado estos días que Madrid Río también se ha construido con los fondos que el Gobierno de Zapatero ha aportado a la capital.Echando una ojeada al plano de Madrid Río se puede hacer una idea de las características del proyecto, que conecta la capital con el exterior por el cauce del Manzanares. En los extremos, dos grandes parques históricos, El Pardo y el Jarama. El proyecto también acerca a la ciudad la Casa de Campo. Desde ahí se puede ir en bici o andando hasta el otro extremo, la Caja Mágica, sin tropezarse con un coche. "No hemos inventado nada, solo hemos prolongado algo que ya existía", precisan los arquitectos, Burgos y Garrido, que asociados con los estudios Porras & La Casta, Rubio & Álvarez-Sola y Wets 8, son los autores del proyecto. Arquitectos y urbanistas coinciden en que el gran error comenzó en los años setenta con la construcción de la autovía por encima del río. Y que ahora se ha reparado con un gran parque ya terminado (solo quedan pendientes un pabellón de remo, un edificio de oficinas de mantenimiento y un almacén multiuso) que se puede disfrutar de muchas formas.
ARQUITECTURA Y URBANISMO
Una de las grandes operaciones ha sido la renovación de todas las aceras y calles de la primera línea del río. Ambas márgenes, construidas con estándares de baja calidad y dañadas por el efecto de la M-30, fueron totalmente renovadas. Además, se urbanizaron caminos, pretiles, bordes y revestimientos. El material utilizado ha sido el controvertido granito, "muy de Madrid", según los autores. Y muy criticado por muchos vecinos, que piensan que la ciudad está abusando del empleo de este material en todas las reformas que se están haciendo (Ópera, Callao, carrera de San Jerónimo...). "Lo hemos usado de manera masiva para que no hubiera un repertorio de materiales diferentes", aseguran los arquitectos
A lo largo de la zona remodelada hay ahora 32 puentes y pasarelas, incluidas las nueve presas. Por un lado, está la canalización que se construyó en los años cincuenta, de estilo herreriano, "bastante bien hecha", según los arquitectos, aunque fue necesario demolerla en parte por su deterioro. Por otra parte, todos los puentes que cruzan el río: el de Andalucía, el de Praga y el de San Isidro, a los que se ha reformado, se ha mejorado las barandillas, ensanchado sus aceras y añadido los carriles-bici. Además, se han restaurado dos puentes históricos: el de Segovia y el de Toledo y se ha recuperado el del Rey, exclusivamente para peatones y ciclistas. También se han construido varios nuevos, entre los que destaca el diseñado por Dominique Perrault, un puente (y un monumento por sí mismo) que se hizo elevado para evitar pasar por el medio del parque. También hay que mencionar el que cruza la Casa de Campo, al norte, y el que conecta con la Caja Mágica, al sur. Por último, se apostó por una complicada intervención en los puentes cáscara o gemelos, frente a Matadero, que han sido decorados por Daniel Canogar. El artista ha creado mosaicos sobre una superficie de 240 metros cuadrados, por lo que ha sido necesario utilizar 80 millones de teselas de distintos colores.
Las fuentes, o mejor, el agua, es un elemento esencial en Madrid Río. Se han construido algunas y otras se han aprovechado.En total hay 24, en cuatro zonas. El elemento más significativo, las tres playas en el nuevo parque de Arganzuela: un juego de agua con tres óvalos de 500 metros de largo, que no permite el baño (son piletas que tendrán una lámina de agua de solo tres centímetros de profundidad), pero sí refrescarse con chorros de agua y nubes de agua vaporizada. Otras fuentes se reparten por el parque de Arganzuela, en el puente de Segovia y en Virgen del Puerto, o la lavandería de Madrid, donde se han añadido cuatro instalaciones con agua para recrear los antiguos lavaderos donde bajaban las madrileñas a hacer la colada.
FLORA Y FAUNA
Madrid Río se configura como un gran corredor ecológico, en el cual se han plantado más de 33.000 nuevos árboles de 47 especies diferentes (predomina el pino, luego el ginkgo biloba, plátano, fresno y castaño de Indias) y 460.000 arbustos de 38 especies, sobre todo, plantas aromáticas y trepadoras.
La flora la ha marcado el carácter de las dos márgenes del río: la izquierda, más húmeda y conectada con el cauce fluvial (y que concentra más fuentes), donde se han plantado árboles de hoja caduca y mucho césped; en la derecha, más seca y en sintonía con el paisaje del norte de Madrid, se han utilizado pinos (lo que ha dado lugar al Salón de Pinos, un gran paseo con carril-bici), que tienen que ver con la atmósfera seca de la Casa de Campo y que dan sombra durante todo el año. Esta separación entre ambas orillas la han llevado hasta la "radicalidad", según los arquitectos.
El río es, además, un corredor de la fauna migratoria, que se desplaza entre la Casa de Campo, el parque del Oeste y El Pardo (los parques al noroeste de la ciudad) y los del suroeste, el Manzanares Sur y el de Tierno Galván, que actúan como un espacio abierto de comunicación de las aves y de los animales de vuelo nocturno. Entre ellos, la famosa gaviota reidora, que la concejal Ana Botella se ha encargado de hacer famosa en los últimos días.
OCIO Y DEPORTE
Aunque una parte importante del proyecto está abierta a los ciudadanos desde hace tiempo, el Ayuntamiento cree que hay muchos madrileños que todavía no conocen la zona y se están perdiendo una oportunidad de aprovechar la ciudad de otro modo. Y lo cierto es que hay mucho por hacer.
Lo más fácil, pasear. Hay multitud de caminos y rutas por las que andar, todas accesibles para personas discapacitadas. Madrid Río también es una apuesta por la bicicleta (una de las asignaturas pendientes del Gobierno municipal, como le han recordado al alcalde durante toda la legislatura colectivos como Pedalibre o BiciCrítica). Además de los recorridos en bici por el parque, hay conexión por el norte con la Casa de Campo y el anillo verde ciclista hasta la sierra madrileña, y por el sur con el parque lineal del Manzanares hasta Getafe.
Para los que quieran hacer deporte hay varias alternativas más. En el nuevo parque de Arganzuela va a ser posible jugar al fútbol, baloncesto, balonmano, pádel y tenis. También se ha acondicionado un circuito de BMX, y pistas de patinaje y skate. Los montañeros pueden practicar su especialidad en un rocódromo, y el alcalde ha prometido que en verano se podrá hacer piragüismo en un canal habilitado para el efecto.
Los mayores tendrán un espacio para jugar a la petanca y un circuito biosaludable para que realicen algunos ejercicios.
Los niños no han quedado al margen. Hay diferentes zonas de juegos infantiles. El parque de Arganzuela incorpora una supertirolina (que merece la pena verse) y una zona de toboganes gigantes, así como un barco pirata de tamaño natural.
Desde el viernes todo esto será accesible para los madrileños. A costa de muchos millones de euros, Madrid recupera el Manzanares. Quizá los poetas (o los raperos) que le canten en el futuro sean más benévolos con él.
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