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Las cajas solo prestan 14 millones de los 12.000 prometidos para pisos sociales

Las entidades pactaron con la Generalitat en 2008 dar 150.000 hipotecas, pero únicamente han concedido 220 - El nivel de cumplimiento es del 0,1%

Papel mojado. En eso quedó finalmente el acuerdo que el Gobierno catalán y los representantes de 20 bancos y cajas de ahorros firmaron en julio de 2008, por el que las entidades se comprometieron a abrir el grifo del crédito. Con la solemnidad del Palau de la Generalitat de fondo, cajas y bancos prometieron 12.000 millones para la compra de vivienda social y rehabilitación. El resultado del convenio, según el balance que tiene el Ejecutivo catalán en sus manos, ha sido irrisorio. En dos años y medio solo han concedido préstamos por valor de 13,6 millones. Es el 0,1% del compromiso que adquirieron.

El convenio sellado por la Federación Catalana de Cajas y 10 entidades financieras más, cuya vigencia venció en diciembre de 2010, debía permitir financiar la compra o rehabilitación de unos 150.000 pisos. Por partidas, se calculó que se podría costear la compra de entre 30.000 y 60.000 pisos de precio concertado catalán, la rehabilitación de unas 40.000 viviendas y la reforma de entre 5.000 y 10.000 pisos vacíos para ponerlos al día y sacarlos al mercado de alquiler. La realidad es otra. Según el documento al que ha tenido acceso EL PAÍS, sumando todas las modalidades, las cajas y bancos han prestado dinero para comprar o poner al día 220 viviendas (tres entradas para pisos, 34 hipotecas para viviendas protegidas, 67 para concertado catalán y 116 viviendas rehabilitadas).Cyntia, Gerardo y su hija se patearon el Penedès hasta dar con una promoción donde había pisos protegidos y, ¡bingo!, no hacía falta sorteo, porque no había suficiente demanda. Estaban en el Pla del Penedès y los promovía Sogeur. Se enamoraron de un dúplex de 135.000 euros. Pero renunciaron: la entidad del promotor no les subrogaba la hipoteca. Optaron por el piso de abajo: sin terraza, 70 metros cuadrados, 116.000 euros. Tampoco: ni en esa entidad ni en otras. "Nos salía una cuota de 430 euros mensuales, menos de lo que pagamos de alquiler en Vilanova del Camí: 450", lamenta ella.

Las cajas rechazaron dar hipotecas pese a que el Gobierno asumía los impagos

Gerardo tiene "un buen sueldo", trabaja en el puerto de Barcelona. La "excusa" que les pusieron sucesivas entidades fue la misma: la cuota del crédito del coche. "No es un capricho, trabajando en el puerto lo necesita, no puede ir en transporte público. Si podemos con el coche y el alquiler, íbamos a poder con el coche y la cuota de la hipoteca". Allí siguen, de alquiler. Sogeur asegura que no es la primera vez que se les cae alguien de una promoción por la negativa del banco a dar una hipoteca.

El convenio, precisamente, debía servir para aliviar esa situación, que en 2008 era especialmente agresiva. La crisis financiera que había estallado en Estados Unidos por las hipotecas basura pronto supuso el cierre crediticio en España. Las promociones de vivienda pública se terminaban y quedaban vacías: los bancos iban tumbando, una por una, la mayoría de las peticiones que recibían porque consideraban a los clientes poco solventes. Una promoción de 220 pisos del Poblenou se convirtió en el emblema de esa crisis: cuatro de cada 10 adjudicatarios tuvieron que renunciar a la vivienda que les había tocado.

Entre los firmantes del convenio con la Generalitat figuraban las 10 cajas catalanas -La Caixa y las cajas de Catalunya, Penedès, Sabadell, Terrassa, Tarragona, Laietana, Girona, Manresa y Manlleu-, a las que se sumaron Caja Madrid, Cajasur y Cajasol e Ibercaja, y bancos como Bankpyme, Popular, BBVA, Sabadell, Santander y Banesto.

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El actual equipo de la Secretaría de Vivienda de la Generalitat ha analizado ahora el cumplimiento del acuerdo. Y este es del 0,113%. Las entidades financieras han dado 88.260 euros para financiar la entrada de pisos sociales, 2,6 millones para la compra de vivienda protegida, 9 millones para pisos concertados, 1,8 millones para rehabilitación y ni un euro para favorecer la salida al mercado de viviendas vacías tras reformarlas. En total, 13,6 millones, a años luz de los 12.000 millones comprometidos.

Ese convenio, además, debía facilitar que los compradores accedieran a hipotecas por el 100% del importe del piso, y no por el 80%. Pero ese acuerdo empezó a renquear al poco tiempo. Las entidades no daban crédito y, en marzo de 2009, las partes tuvieron que firmar un añadido al convenio por el cual la Generalitat se comprometía, en caso de impago, a comprar los pisos. "Ni así", lamenta un responsable de Vivienda del anterior Ejecutivo. Un año después, en mayo de 2010, las cajas informaban de que habían dado solo 10 millones. Y hasta diciembre, apenas tres millones más.

El ex responsable de Vivienda consultado admite que no se pudo hacer nada para reabrir el grifo. "No les puedes obligar", se resigna, y recuerda que cajas y bancos incluso editaron folletos en los que anunciaban que facilitarían el crédito para vivienda pública. Ada Colau, de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, considera que casos como este demuestran que "los pisos sociales de propiedad no son la solución a las dificultades de acceso a la vivienda".

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