Impartir justicia
Si realmente Julian Assange, Bradley Manning, Ángel Luna y Baltasar Garzón han transgredido las leyes comprendo que los juzguen. Lo que no puedo entender es que los verdaderos delincuentes, que son los denunciados, se vayan de rositas habiéndose demostrado asesinatos o prevaricación, apropiación indebida, etcétera.
¿Alguien ha juzgado a los soldados que, como muestra el vídeo desvelado por Wikileaks, asesinaron a sangre fría o cometieron otras barbaridades? Tampoco se ha juzgado a los causantes de la estafa expuesta en los papeles que mostró Ángel Luna. Y mucho menos a los causantes de los asesinatos que investigaba el juez Garzón. ¿Es más grave el hecho de denunciar con razón que el de asesinar o robar? Al parecer, en la legalidad de EE UU y en la justicia española, sí.
Nos piden los juristas que creamos en la judicatura y no les critiquemos. Cuando Ángel Luna se sienta en el banquillo y Fabra inaugura aeropuertos sin aviones nos lo ponen difícil para creer en su eficacia e imparcialidad. Las leyes y sus recovecos e interpretaciones no deben impedir que se imparta justicia.