Humos, vaticinios y fritangas
Recuerdan aquellas voces que vaticinaron las mil plagas para el sector hostelero por la ley antitabaco? Sus clarividentes análisis están en las hemerotecas. Hace solo cuatro meses, por ejemplo, el presidente de Altadis, el británico Dominic Brisby, aseguraba que la ley española era la más radical del mundo y que fracasaría. Dijo que ni los españoles ni el sector hostelero del país estaban preparados para una ley que, en consecuencia, no se cumpliría.
A nadie se le podía escapar que Brisby velaba por los intereses de su empresa, lo que es legítimo y razonable. Otra cosa es el eco que apreciaciones similares han tenido y tienen en la Federación Española de Hostelería y Restauración, la FEHR, empeñada en atacar la ley que entró en vigor en enero pasado por considerar que esta le supondría al sector unas pérdidas del 10% de la facturación (o sea, 7.000 millones de euros al año) y una consecuente reducción de puestos de trabajo (en torno a 20.000 empleos).
Pues bien, ni la ley ha sido un fracaso ni las cacareadas pérdidas en la hostelería han sido tales. Así lo confirman los datos oficiales hechos públicos por la Seguridad Social, que arrojan un saldo positivo en febrero pasado de 21.443 empleos más en el sector y un aumento interanual del 0,78%.
De modo que ahora tabaqueras y hosteleros deberían revisar sus propias predicciones o, quizá, como mínimo, introducir matices en sus agoreros vaticinios. Lejos de ello, la FEHR insiste en que los daños en el sector se notarán a medio y largo plazo y que sus propios análisis arrojan caídas de ventas de entre el 16% y el 19%. La FEHR, por supuesto, mantiene el patrocinio de Philip Morris, un detalle que explicaría su interés por el tabaco, aunque no su desinterés por la salud de sus empleados que, en su opinión, deberían seguir sufriendo calladamente los efectos perversos del humo de los clientes.
Dado que persiste la crisis económica, cabe aconsejarle a la FEHR que se ahorre el gasto de análisis fallidos, que busque patrocinios más acordes con su negocio y que vele por la calidad del sector; que ahora, sin humo, algunas fritangas, como la fragilidad de ciertos argumentos, se detectan muy rápidamente.
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