Zapatero ordena revisar todas las centrales españolas
Cofrentes, cuya vida útil se amplió un día antes del seísmo, será la primera
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, preparó ayer una inusual comparecencia pública en el Congreso para intentar lanzar un mensaje de tranquilidad sobre las centrales nucleares españolas, tras la catástrofe en Japón.
Explicó que las centrales son seguras, pero que ha encargado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) una auditoría de las condiciones de todas. El análisis se refiere a la posibilidad de que se produzca una catástrofe natural y comprobar si afectaría a sus instalaciones. "Vamos a asegurarnos más y, si hay que hacer alguna exigencia más a alguna central ante hipotéticos riesgos, ese trabajo lo hará el Consejo de Seguridad Nuclear", aseguró.
Zapatero explicó que el examen empezará por la de Cofrentes (Valencia) ya que el día antes de la catástrofe de Japón se amplió otros 10 años la vida útil de esa central.
El presidente explicó que de la catástrofe japonesa hay que aprender y sacar las "conclusiones medidas, científicamente avaladas", para mejorar esa seguridad. Por ejemplo, ha concretado que es necesario conocer qué ocurrió en la central de Fukushima para que no funcionaran los sistemas de refrigeración alternativos. Es decir, estudiar la forma para que se mantengan esos sistemas, aunque haya cortes de energía como consecuencia de una catástrofe natural.
Recalcó que las centrales españolas están sometidas a exigentes controles de seguridad y análisis rigurosos. Se detuvo en explicar que la edad de las centrales "sí es un factor relevante", incluso aunque se revise periódicamente, se renueve y tenga un "buen mantenimiento", como la de Garoña, cuyo cierre en 2013 ha estimado "razonable" tras 42 años de vida. Antes, defendió la seguridad de las centrales en el pleno el ministro de Industria, Miguel Sebastián, en respuesta al diputado de IU Gaspar Llamazares, que le reclamó el cierre de todas. Zapatero siempre ha sido reacio a la energía nuclear, pero ayer explicó que las posiciones sobre este tema no deben tener un contenido ideológico, sino de "racionalidad". De esa forma intentó salir al paso de las acusaciones de actuar por "prejuicios ideológicos".
En todo caso, su posición es la de debatir sobre el futuro de las centrales de forma sosegada y no en caliente al hilo de catástrofes como la de Japón. Por eso, el Gobierno no se plantea de ninguna manera abrir el debate sobre este tipo de energía. Sí sobre la necesidad de incrementar las medidas de seguridad para, siguiendo la iniciativa de la UE, utilizar la catástrofe de Japón para adoptar medidas de refuerzo de sus condiciones.
En referencia a las palabras del comisario europeo que habló de "apocalipsis" en Japón, Zapatero pidió prudencia.
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