"Es más fácil vivirlo aquí que en San Diego"

Eligió venir a España de entre todos los países en los que podía terminar sus estudios de Finanzas. Y eligió Madrid entre todas las ciudades. "Le encantaba la cultura española y quería perfeccionar el idioma", explica Larry Bice con media sonrisa en la cara. Lleva en la capital un día y no para de oír a otros hablar de su hijo. Cómo era, qué estudiaba, y sobre todo qué le pasó el viernes por la noche cuando Austin Taylor Bice desa-pareció. Ha hablado con la embajada, con la universidad y con la policía. "Very helpful [muy serviciales]", dice que son. Pero a pesar de la ayuda, de momento no sabe dónde está su hijo.

La policía le llamó ayer para que acudiera a comisaría a identificar en una grabación de las cámaras de metro a un joven que respondía a la descripción de Austin Taylor Bice. Llevaba camiseta y pantalón vaquero la última vez que fue visto. "Si no le conoces, podrías pensar que era él", explica María García, una amiga del estudiante de intercambio. Falsa alarma.

Había ahorrado durante tres años para venir a estudiar a España

"No hemos recibido ninguna llamada con pistas", aseguraba ayer por la mañana Kiara Costa, casera y compañera de piso del californiano de 22 años. La versión se mantenía a última hora de la tarde. Las tres amigas de Bice y su padre aseguran que repetir una y otra vez la historia de la desaparición se les está haciendo cuesta arriba, pero "lo hacemos con una razón", apunta Larry Bice. El sábado por la mañana han convocado una batida de búsqueda que partirá de La Riviera. Quieren que vaya mucha gente a ayudar.

A Larry Bice le tiembla el pulso mientras sostiene uno de los carteles con la foto de su hijo que han ido pegando por Madrid. "Es más fácil vivirlo aquí que en San Diego", asegura el hombre que es alto, aunque no tanto como su hijo, delgado y de pelo cano. El resto de la familia del joven está angustiada en California porque tienen que esperar a que el padre les informe de las novedades. Hasta el día en que se le perdió la pista en la puerta de la discoteca La Riviera, a la que no consiguió entrar, Austin Taylor Bice hablaba con su familia por teléfono dos veces a la semana.

Era la primera vez que el estadounidense salía de San Diego, donde vivía en un apartamento a 50 kilómetros del hogar familiar. Había ahorrado durante tres años para cuando viniera a estudiar a la Universidad Carlos III de Getafe. Estaba entusiasmado por conocer Europa. Sus amigos en España aseguran que era muy educado. Siempre acompañaba a las chicas a casa por la noche. "A los chicos no les pasa nada", dijo en una ocasión.