Una 'semana blanca' que pinta gris

Pintarse la cara como payasos, cruzar un túnel multicolor, jugar a la aranya peluda. Y de remate, un gran plato de pasta. Así transcurrió ayer el primer día de la semana blanca para unos 40 niños que acudieron a la casa de colonias La Llobeta, en Aiguafreda (Vallès Oriental). Esta es una de las empresas que ofrecen planes para el receso lectivo, cuya primera oleada incluye a unos 440.000 escolares catalanes. La consejera de Enseñanza, Irene Rigau, reiteró ayer que esta propuesta pedagógica del anterior Gobierno de la Generalitat "se tendrá que archivar y no prosperará".

La alegría de los niños, de entre 3 y 10 años, venidos de tres municipios cercanos, contrastaba con la inquietud de las entidades que diseñaron planes para la semana blanca. De entrada, como era de esperar, los destinos de nieve funcionaron mejor que los casals de invierno. Pero la crítica va más allá. "Siempre hemos creído que es un modelo válido, pero lamentablemente no tendremos la oportunidad de saber si funciona o no", explicó Pere Mulero, vicepresidente de la Asociación Catalana de Empresas de Ocio, Educación y Cultura (ACELLEC).

Rigau aseguró que la participación de los alumnos en las actividades programadas para esta primera semana solo llegó al 5% y explicó así la razón del escaso seguimiento: "La situación económica ha frenado que las familias puedan enviar a sus hijos a esquiar, tal como habíamos previsto". Sin embargo, el presidente de la Federación de Hosteleria de Lleida, Juan Antonio Serrano, aseguró que la ocupación de los hoteles próximos a las estaciones de esquí oscila entre el 85% y el 90%, informa Lluis Visa.

En su día, el tripartito destinó 800.000 euros a ayudar a las asociaciones de padres y madres de alumnos (AMPA) a organizar actividades. En enero, Rigau anunció que se terminaría con la reforma del calendario, que los días festivos resultantes de avanzar el curso escolar se repartirían en todo el periodo y que el presupuesto para este año se recortaría el 70%, con lo que sería de solo 240.000 euros. "El cambio en la ayuda a última hora también desanimó mucho al mercado", dijo Mulero.

Según la ACELLEC y otras entidades consultadas, la respuesta de las AMPA y los Ayuntamientos pequeños que organizan las actividades no ha sido notable esta semana. Sin embargo, el panorama pinta mejor para la próxima, que será el turno de descanso para los más de 720.000 alumnos del área metropolitana de Barcelona y Tarragona.

Mulero, que también es gerente de Eix Estels y administra La Llobeta, explicó que mientras que esta semana solo tendrá cuatro colonias organizadas por AMPA, la próxima tendrá seis. El precio por estudiante es de 41 euros por noche, con derecho a pensión completa y sin transporte. "En lugar de hacer la semana completa, se han decantado por solo tres días", explicó. Otra de las modalidades son los casals de invierno, donde los pequeños solo pasan el día jugando al circo, el tema de esa casa de colonias. Gracias a la semana blanca, dice, han subido un 30% la ocupación.

Para Aleix Llobet, director del servicio de colonias de vacaciones de la Fundación Pere Tarrés, el problema de la semana blanca no se limita a la crisis, sino que también se debe a "la falta de tradición en el marco laboral" de tener una semana de descanso. Con vistas a la próxima semana la fundación ha tenido que doblar sus plazas para actividades de nieve. "La oferta de actividades ha sido mayor que la demanda", explicó Marc Guilera, de la Fundació Catalana de l'Esplai. A Guilera le preocupa que el tiempo libre, un "espacio importante para la formación", se vuelva "un espacio de exclusión, donde solo las personas con posibilidades económicas puedan realizar actividades".