Una protesta en la zona petrolera saudí eleva la alerta en el mercado
Los chiíes de la Provincia Oriental piden la libertad de presos políticos
Varios centenares de ciudadanos se han manifestado en los últimos días en la Provincia Oriental de Arabia Saudí, donde se concentran las riquezas petroleras del país y su población chií. Los participantes en la inusual protesta solicitaban la liberación de presos políticos. Más sorprendente aún, la policía no intentó disolverles. El Gobierno saudí quiere evitar cualquier pretexto que pueda llevar a una situación como la de su vecino Bahréin, al que le une un puente de 25 kilómetros sobre las aguas del golfo Pérsico.
"Ha habido manifestaciones en tres localidades: Qatif, Safwa y Awwamiya", explicaba por teléfono ayer un residente en la zona. "Pedían la puesta en libertad de varios presos políticos detenidos por los atentados de Al Jobar [murieron 19 soldados estadounidenses en 1996] y que todavía no han sido juzgados", añadió. La fuente, que dijo desconocer quién había organizado las protestas, estimó "entre 200 y 300 personas" el número de participantes en cada una de ellas.
La población del área se considera marginada de la riqueza del crudo
La web Rasid, que se ocupa de asuntos chiíes en el mundo árabe, asegura que los manifestantes exhibieron carteles con fotos de los presos cuya libertad reclamaban. Al parecer, la semana pasada, las autoridades saudíes liberaron a tres detenidos después de una protesta similar en Awwamiya. Esta población se movilizó durante semanas en 2009, a raíz de una redada policial para capturar a un clérigo que sugirió la posibilidad de que los chiíes formaran un estado independiente.
Aunque las manifestaciones no están permitidas en Arabia Saudí, el viernes la policía "se limitó a observar y les dejó que se fueran pacíficamente". El interlocutor interpreta que "quisieron evitar que la cosa fuera a mayores". La familia real saudí observa con enorme preocupación las protestas que desde hace dos semanas agitan Bahréin, la primera de las monarquías petroleras árabes en verse afectada por la ola de cambio que ya ha barrido las autocracias de Túnez, Egipto y, casi seguro, Libia. Un grupo ha convocado a través de Facebook un Día de la Ira en el reino el próximo 11 de marzo.
Los gobernantes saudíes temen un posible contagio de las reivindicaciones de los opositores bahreiníes (esencialmente chiíes) a su propia población chií, con la que mantienen relaciones de vecindad y parentesco. Como en Bahréin, los chiíes constituyen la mayoría de los habitantes de la Provincia Oriental, si bien en el conjunto de Arabia Saudí apenas suponen entre un 10% y un 15%.
Se trata de una minoría de la que la ortodoxia suní dominante siempre ha recelado. A la tradicional rivalidad entre ambas ramas del Islam, la revolución islámica en 1979 añadió la sospecha de que los chiíes eran agentes de Irán. Esos perjuicios han contribuido a su marginación social y económica hasta el punto de que el nivel de vida de la región donde se extrae el grueso del crudo saudí es mucho más bajo que el del resto del país.
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