El 'lehendakari' descarta una mesa de partidos y cualquier diálogo con Sortu

El lehendakari, Patxi López, cerró ayer la ronda de encuentros "discretos" con los partidos vascos que convocó tras la presentación de la nueva marca de la izquierda abertzale y que inició el día 9 con el presidente del PNV, Íñigo Urkullu. López recibió en la tarde de ayer y durante dos horas al presidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren, declarado partidario de un liderazgo más audaz de la nueva situación (como también reclama el PNV), y al portavoz parlamentario socialista, José Antonio Pastor. Antes, durante las dos pasadas semanas, hizo lo propio con los líderes de la oposición.

López se entrevistó también con el único parlamentario vasco de UPyD, Gorka Maneiro, que se hizo portavoz de ese rechazo del lehendakari a constituir una mesa política de diálogo fuera del Parlamento, como le piden las fuerzas abertzales, para que los radicales puedan estar presentes. Maneiro criticó el moderado optimismo que muestran López y el PSE-EE, y le pidió "unidad y firmeza" en la exigencia a Sortu de que condene "la historia criminal de ETA" y su "pervivencia amenazante", así como el reconocimiento del daño causado y las peticiones de perdón a las víctimas y de desaparición a la banda terrorista. López no tiene previsto realizar una valoración de las conclusiones extraídas del intercambio con los partidos al menos hasta mañana.

En la decisión de descartar el diálogo con los radicales y el foro extraparlamentario que podría darles cabida y que le reclaman partidos minoritarios como Aralar, EA o Ezker Batua, el lehendakari contará con el respaldo de sus socios del PP, y también, aunque de un modo más ambiguo, del PNV. Aunque el sector mayoritario, encabezado por Urkullu, no ve la iniciativa, mantiene cierta ambigüedad porque al sector soberanista que lidera el portavoz parlamentario, Joseba Egibar, no le disgusta la fórmula. Urkullu, que accedió a su cargo por un pacto con este último, tiene que someterse a reelección a final de año y no quiere arriesgarse a que las diferencias internas cristalicen en dos listas enfrentadas. El líder del PNV es claro partidario del mantenimiento de la máxima exigencia a ETA y a la izquierda abertzale -"no le debemos nada"- , pero su posición se completa con la de legalización de Sortu que dirige al Gobierno, junto a la crítica de que vaya a derivar la decisión a los tribunales, y la petición de convocatoria anticipada de elecciones para constituir un nuevo Parlamento que incluya a los radicales. El lehendakari, a quien compete la disolución del Parlamento, ya ha rehusado esa reclamación ante la eventualidad de que los tribunales den luz verde a Sortu. Con el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, el lehendakari dejó establecidos los márgenes de maniobra que se darán uno a otro, sin perjudicar su pacto ni tampoco crear dificultades a los populares vascos respecto de las voces más radicales de su dirección nacional.