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Ola de cambio en el mundo árabe | La transición en Egipto

"Habéis derrotado al fanatismo", dice el imán más respetado

A través de los altavoces instalados en la plaza de la Liberación, la voz del prestigioso teólogo Yusef al Karadawi se abrió camino en mitad de la algarabía de los cientos de miles de familias que habían acudido a celebrar el Día de la Victoria y asistir a la plegaria del mediodía. "Habéis triunfado sobre el fanatismo", dijo el imán alabando al pueblo egipcio por llevar a cabo la revuelta pacífica que puso fin a la dictadura de Hosni Mubarak.

Al Karadawi, de 84 años y residente en Catar, llegó el jueves a El Cairo para dirigir la plegaria de ayer. El clérigo, cuyo programa en Al Yazira Sharia y vida siguen 40 millones de musulmanes, escogió algunos versículos del Corán que critican la corrupción. Después, pronunció un corto sermón más político que religioso, en el que se hizo eco de las mayores inquietudes que tienen los egipcios empeñados en democratizar el país. Pidió al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que dirige Egipto desde el viernes de la semana pasada, que nombre un nuevo Gobierno: "Llamo al Ejército egipcio a que nos libere del Gobierno que formó Mubarak".

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Y continuó: "Pido que sean liberados de inmediato todos los presos políticos que han vivido durante años en prisión debido a las leyes de emergencia y a los tribunales militares". Respetado como uno de los intelectuales suníes más influyentes del mundo y partidario del diálogo religioso con cristianos y judíos, Karadawi también es considerado por muchos un radical y tiene prohibida la entrada en EE UU y en Reino Unido. De nacionalidad egipcia, pasó varias veces por las cárceles del rey Faruk y por las de quien le derrocó, Gamal Abdel Nasser, y hace 30 años optó por autoexiliarse en Catar.

"No queremos ver las caras de quienes están ligados a la corrupción, la violencia, los camellos y la muerte", dijo en referencia a los seguidores de Mubarak que arremetieron contra los manifestantes montados en caballos y camellos durante dos días de enfrentamientos que dejaron 365 muertos y 5.500 heridos en todo Egipto, y que acabaron cuando el Ejército intervino para expulsarles de los lugares donde se concentraban las protestas. Ayer, unos miles de seguidores de Mubarak se manifestaron públicamente en El Cairo para "pedirle perdón" por la forma en que había sido depuesto.

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