La gala de los Premios Goya
En pleno centro de Madrid, en la gran fiesta del cine español, salía triunfadora Pa negre, una cinta con acento catalán.
Podrán encontrarse multitud de lecturas ideológicas, pero lo cierto es que la inusual carrera de Agustí Villaronga hace ya tiempo que merecía un reconocimiento. Su victoria ha servido como cura de humildad, en un año en que el sector se ha polarizado como nunca entre defensores y detractores de la ley Sinde, dejando a un lado los criterios artísticos.
Con la derrota de Balada triste de trompeta (15 candidaturas, dos goyas) y de También la lluvia (13 candidaturas, tres goyas), los académicos parecen haberse pronunciado en contra de las caras largas y el lanzamiento de cuchillos. Pero no conviene obviar la polémica. Mientras algunos reivindicaban desde el escenario el cine en pantalla grande, las cifras de 2010 reflejan que solo tres filmes españoles han sobrepasado los seis millones de euros en taquilla.
Podrán quejarse de la intrusión extranjera o de las descargas ilegales, pero lo cierto es que esta ha sido la temporada más mediocre que ha dado el cine patrio en mucho tiempo. Quizá no esté en el cierre de páginas web, sino en el ingenio, la solución a los males endémicos de nuestro cine y que son los mismos desde mucho antes de que irrumpiera la temida Internet.- Pol Morales Vidal. Barcelona.
Un año más mis felicitaciones a la gestión del director Alex de la Iglesia al frente de la Academia de Cine. En estos dos últimos años ha hecho más de lo que otros antecesores realizaron durante muchos años. En el discurso en la XXV ceremonia de entrega de los Goya, volvió a dar un varapalo a sus compañeros de profesión. Si el año pasado se caracterizó por explicar al gremio y al público el verdadero problema del cine español con una posible solución, este año su mensaje fue enfocado a plantear la comunión entre Internet y el cine. "Internet no es el futuro, es el presente". Acertada reflexión, Alex. Dejando polémicas leyes Sinde aparte, mi enhorabuena de nuevo por contar con Andreu Buenafuente y deleitarnos con una gala ágil, divertida y animada. El cometido es acercarnos y fomentar el uso y el disfrute de nuestro séptimo arte. ¡No te vayas, Alex de la Iglesia!. -Alex Sánchez Vidiella. Barcelona
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