"Hace falta un comité de liberación nacional"

Fundadora de La Repubblica y luchadora por los derechos civiles, Barbara Spinelli (Roma, 1946) confía en que "la esperanzadora y sorprendente revuelta de tres generaciones de mujeres contra Berlusconi sea el principio del fin" del berlusconismo. Aunque no las tiene todas consigo, Spinelli define el sistema así: "Un régimen profundamente autoritario basado en el control de la información y en un conflicto de intereses grande como una casa que la izquierda nunca supo resolver".

Aunque los últimos sondeos reflejan una constante pérdida de apoyos del primer ministro, Spinelli advierte desde París, donde vive hace años, que "la opinión de la calle, en Italia, no suele modificar los equilibrios políticos", y recuerda que el Pueblo de la Libertad sigue por delante del Partido Democrático en intención de voto. "La pancarta más bonita que vi ayer decía 'bastaba con no votarlo'. Es precisamente eso: una parte de italianos anestesiados por las televisiones sigue seducida por el magnate que domina la información y está comprometido con la mafia".

¿Culpa de quién? "De la clase política de entonces", dice, "que en su momento no entendió la lección del proceso Manos Limpias y consideró que el problema eran los jueces que luchaban contra la corrupción y no la propia corrupción. Pero también culpa del centro-izquierda, que no ha sabido recuperar los cuatro millones de votos perdidos desde que Prodi ganó las elecciones de 2006. Y culpa de la oposición, incluidos democristianos y finianos, que asiste dividida y pasiva a una grave emergencia democrática".

¿Cómo salir de este pantano si Berlusconi rechaza dimitir y muchos ciudadanos no se sienten representados por sus partidos? "No se puede excluir que, con sus televisiones, Berlusconi vuelva a ganar las elecciones. La solución seria es la que se adoptó tras el fascismo en 1945: un comité de liberación nacional, la unión de los partidos de oposición en un frente constitucional. Si Casini [líder de los democristianos] y Fini no rompen con Berlusconi, el sistema no caerá".