"Crearé una obra faraónica cultural"

Rafael Gómez Sánchez, el humilde cabrero que nació en febrero de 1944 en la barriada de los Padres de Gracia de Córdoba y fue bautizado en la iglesia de San Lorenzo, se presenta a las elecciones municipales como candidato a alcalde de su ciudad. Mucho ha llovido desde que aquel crío pastoreaba ganado. Tras mudarse al populoso y humilde barrio de Cañero, donde creció su mujer, comenzó a gestar una aventura económica, partiendo de un taller de joyería y sin apenas estudios.

En plena burbuja del ladrillo, a finales de los noventa. Rafael Gómez, al que todos en Córdoba conocen como Sandokán, ya era uno de los empresarios y constructores más importantes de la ciudad. Su posterior ruina económica prologó el hundimiento de quien había sido su financiador y socio, Cajasur, y se convirtió en símbolo del final de una época. Ahora, casi cinco años después de que lo imputasen por el caso Malaya -de corrupción urbanística en Marbella- regresa mutado en político y liderando un partido recién creado: Unión Cordobesa.

"Nosotros no somos políticos, somos trabajadores. A eso vamos"

Desde hace unas semanas, las puertas de muchos comercios de Córdoba, sobre todo en los barrios, lucen carteles con el rostro del empresario y las siglas de su partido. Poco les importa que esté imputado en el caso Malaya o que haya levantado 40.000 metros cuadrados de naves ilegales de su empresa, Arenal 2000, a las faldas de Sierra Morena y en las inmediaciones de Medina Azahara. Los incondicionales de Rafael Gómez alaban la trayectoria de un hombre del que dicen "ha creado mucho empleo". Tampoco se paran a pensar que buena parte de los empleados de Arenal estén en la calle a causa de la profunda crisis que vive la constructora.

Gómez ofrece la entrevista en una sala acristalada de la sede de Arenal 2.000. Con vistas privilegiadas a las polémicas y enormes naves, que le tiene enfrascado en una guerra judicial con el Ayuntamiento a cuenta de la multa de 24,6 millones de euros impuesta al empresario. Sentado a la mesa y sin quitarse el chaquetón, Sandokán responde a las preguntas durante 40 minutos. Mira fijamente a los ojos, convencido de todo lo que dice. Y no desvela un ápice acerca de cómo va a llevar a cabo el milagro que promete.

La clave de su programa -documento que no existe formalmente todavía- es la creación de puestos de trabajo. Gómez sabe que las competencias finales en esta materia no corresponden a los ayuntamientos, pero no le importa. "Cuando hablo de trabajo hablo de que los empresarios son los que deben hacer el trabajo. En ningún momento vengo a decir que yo voy a construir la empresa que solucione el problema", afirma. "Pero es el Ayuntamiento quien tiene que darle trabajo a esos empresarios para que de verdad se creen esos puestos de trabajo que tanto necesitamos. Desde el Ayuntamiento haremos que puedan acometer proyectos".

¿Y qué proyectos son? Pues para empezar, viviendas. "En los próximos años tendremos que hacer como mínimo 4.000 o 5.000 viviendas y las harán los empresarios. No serán de VPO, serán libres, pero mucho más baratas que las viviendas de protección oficial. Y eso creará 12.000 o 15.000 puestos de trabajo", calcula.

Además, anuncia un "proyecto faraónico" de carácter cultural. "Será una obra faraónica", insiste, "donde los 55 personajes más importantes de toda la historia de Córdoba se van a ver plasmados. Dentro de cuatro años estará ya hecho y todo el mundo vendrá a verlo", vaticina Sandokán. "Esa obra faraónica", enfatiza, "crearía, como mínimo en los dos años de su construcción, 500 o 1.000 puestos de trabajo. Va a ser una cosa impresionante. El grueso de la obra está ya fabricado y predispuesto para montarlo. Pero no quiero hablar mucho de eso porque ahora lo primordial es crear los puestos de trabajo urgentes", se disculpa.

Todo en el discurso del empresario candidato es así. Grandes anuncios, enormes dosis de ilusión y una confianza infinita. Pero cuando se pide concretar, todavía nada. "Nosotros no somos un partido que tengamos que llevar 14 hojas escritas o 24 o 200. Nosotros no somos políticos, somos trabajadores. A eso vamos. Vamos a trabajar por Córdoba".

En una cosa sí ha sido claro: legalizará las cerca de 6.000 parcelaciones ilegales de Córdoba, uno de los grandes problemas urbanísticos enquistados de la ciudad. Un ejemplo ampliado de su propio caso son las naves de Arenal. "Si se han hecho en un sitio en las que no se podía, tenían que haberlo previsto en su momento las administraciones. Tenemos que darle soluciones y hay que poner los medios que sean. Si están en zonas protegidas demos las soluciones que se tengan que dar. Pero no podemos derribar cosas", subraya

Mientras, Sandokán sigue tratando de conformar una lista "con los mejores". Ya tiene 12, le quedan más de la mitad. Hoy vuelve a su barrio, Cañero, a hacer campaña. Con su flamante autobús de dos pisos, adornado con su cara. ¿Juega en casa? "No, socio" -le dice al periodista- "yo juego en casa en toda Córdoba".