Historia de un desencuentro
La falta de sintonía entre Tomás Gómez, secretario general del PSM, y Jaime Lissavetzky, candidato socialista a la alcaldía de Madrid se gestó el pasado 12 de agosto. El secretario de Estado presentaba su candidatura ante los medios y había previsto anunciar su preferencia por Trinidad Jiménez en las primarias que enfrentaban a la ministra con Gómez por la candidatura socialista a la presidencia de Madrid. Lissavetzky acudió a la sede del partido situada en la plaza de Callao y se encontró que Gómez forzó una foto conjunta y le obligó a hacer públicas sus preferencias por Jiménez en su presencia.
Tras las primarias los entornos de ambos dirigentes trataron de limar asperezas. Comenzaba la negociación por la lista municipal. El secretario de Estado lanzaba velados llamamientos a Gómez para lograr un pacto. Esperaba designar al 60% de la candidatura, pero Gómez quería hacer valer la autoridad refrendada en las primarias.
Marcos Sanz, número dos de Lissavetzky, ha sido el encargado de negociar las listas con la secretaria de Organización del partido, Trinidad Rollán. Durante los últimos 10 días Sanz ha reclamado la lista para buscar un acuerdo. Pero hasta el pasado martes a las 14.05 de la tarde no le presentaron la relación de nombres de la candidatura. La lista no era del agrado de Lissavetzky. Y apenas quedaba tiempo. La dirección del PSM había previsto celebrar una Ejecutiva regional para aprobar el cartel electoral. Lis-savetzky presentó a las 15.10 una carta reclamando más tiempo para negociar. Pero Gómez ha tomado su decisión. Ahora solo queda la intervención del federal.
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