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Las sociedades científicas cargan contra la Generalitat

Las principales sociedades científicas de salud pública cargaron ayer contra la Generalitat de Cataluña por la eliminación de la zona 80 en los accesos a Barcelona, una de las escasas medidas de éxito contra la contaminación adoptadas hasta la fecha en España.

La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y la Sociedad de Salud Pública de Cataluña y Baleares (SSPCB) hicieron pública una declaración en la que destacan que los efectos perniciosos de la polución sobre la salud "son bien conocidos" por la comunidad científica, en especial en el caso de las enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Las sociedades hacen hincapié en que desde la implantación de la zona 80 en 2008 "se han reducido las concentraciones de dos de los principales contaminantes: las partículas en suspensión y, en menor porcentaje, los óxidos de nitrógeno".

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La velocidad excesiva es perjudicial para la salud no solo por la mayor contaminación que produce, recuerdan los expertos, sino también porque aumenta los accidentes de tráfico. Los científicos son claros: "Numerosos estudios muestran que, al limitar la velocidad máxima, se reduce el número de fallecidos en colisiones de tráfico". Y recuerdan que la limitación de 80 kilómetros por hora redujo el 27% el número de heridos a los dos años de su implantación. El presidente de la SEE, Fernando G. Benavides, declaró que los detractores de la medida "utilizan argumentos ideológicos" y que no comprende "por qué la han tomado con esta limitación". El Gobierno "la ha elegido como símbolo para demostrar quién manda", concluyó.

Jordi Sunyer, codirector del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) de Barcelona, advierte de que el incremento de la contaminación, por episodios anticiclónicos u otras causas, tiene "efectos inmediatos sobre la mortalidad y las enfermedades respiratorias y cardiovasculares". El anticiclón impide que el aire se limpie, con lo que la concentración de partículas contaminantes aumenta. "Sabemos que un aumento de 10 micras de partículas en suspensión (las denominadas PM 10), que emiten los vehículos, se traduce en un aumento del 3% de la mortalidad, sobre todo en ancianos, y en un incremento de un porcentaje similar de las visitas a urgencias por enfermedades respiratorias y cardiovaculares", asegura el científico. Las partículas más finas atraviesan el alveolo pulmonar y penetran en el sistema circulatorio, por lo que son desencadenantes de infartos y accidentes cerebrovasculares. Según Sunyer, cuando se disparan los índices de polución, a las 24 horas ya puede darse un incremento de las visitas a urgencias e incluso de la mortalidad.

Los vehículos no solo contaminan a través del tubo de escape. El desgaste de frenos y neumáticos, según Sunyer, emite partículas muy finas cargadas de metales, como el hierro y el cromo, con propiedades tóxicas.

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